• 03/10/2017 02:03

Un multimillonario crimen contra la educación

‘La situación en el Ifarhu debió haber sido resuelta hace rato, pero la indecisión del alto Gobierno, lo impidió'

Dos de las entidades encargadas de promocionar la educación técnica y superior de los panameños fueron entregadas en el Gobierno de Juan Carlos Varela, una —Inadeh— a un colaborador de campaña, la otra, a una copartidaria. En Inadeh ya sabemos lo que ocurrió: a dos años hubo que destituir a su director por incapacidad; ni el techo de su sede lo pudieron arreglar. Tuvieron la oportunidad de nombrar a alguien serio y competente como el ingeniero Juan Planells, pero prefirieron el pago de favores. En el Ifarhu, lo explico en estas líneas. Qué diferencia si hubiesen nombrado gente proba, como lo hicieron en Senacyt con el doctor Jorge Motta, al frente de una institución con recursos para otorgar becas en el extranjero para especializaciones.

La situación en el Ifarhu debió haber sido resuelta hace rato, pero la indecisión del alto Gobierno, como se ha repetido en otras entidades, lo impidió: había que separar de su cargo a una copartidaria, precandidata a diputada por Arraiján. Lo vengo señalando hace más de 45 días, sin lograr eco alguno. Por supuesto, con el menor ruido posible para evitar más desprestigio a un Gobierno que habla tanto de transparencia en su gestión.

Lo que descubre ahora más de tres años después de estar en el Gobierno, y que saben en detalle en el Palacio de las Garzas, se genera con un áudito profundo que le hace la Contraloría General a la institución, reflejando que la directora Yesenia Rodríguez (directora de Crédito del Ifarhu en los tiempos iniciales del Gobierno Martinelli) presentaba toda clase de irregularidades en su gestión que, a mi juicio además de posible peculado, en varios posibles otros delitos, como el de asociación ilícita, ya que en él pueden estar vinculados la directora del Ifarhu en Arraiján, la directora nacional de Becas y el secretario general de la entidad. Debido a que lo que encontraron, el fiscalizador que tenía Contraloría en el Ifarhu —aparentemente alcahuete— fue trasladado de allí.

Se utilizaban becas para fines políticos, entregando una gran cantidad en el circuito de Arraiján, donde Rodríguez aspira a la Asamblea. Ese aprovechamiento criminal de becas del Ifarhu, no es algo nuevo de los panameñistas: se ha dado históricamente, utilizando algo tan sagrado para la juventud como botín político. La diligente directora, no sabiendo decir que NO a altos funcionarios del Gobierno y diputados —sobre todo de su partido— entregó a diestra y siniestra becas que, sin derecho, solicitaban para allegados políticos y familiares. Abusando de los auxilios económicos —ayudas que se dan a personas para realizar cursos breves en el exterior de 4 o 6 meses— se comprobó que se emitían los cheques, pero los beneficiarios no viajaban, hecho que Contraloría investigó y corroboró con los registros de salida del país en Migración. Además, todos esos becarios irregulares tenían que pasar por una especie de caja para la campaña de la señora Rodríguez, una vez emitían los cheques de ayuda. Era dando y recibiendo.

El asunto es tan grave y tan corrupto que Rodríguez inventó en Arraiján una escuela fantasma para poder justificar la expedición de miles de cheques de beca universal a nombre de estudiantes inexistentes. ¿Cuántos miles o millones de dólares se habrán dilapidado en todos estos desafueros? ¿Cómo es posible que esto haya sido permitido por el Gobierno central o será que no existen controles suficientes en las entidades estatales? El asunto es tan grave que, para el 15 de octubre próximo, fecha en que se debe repartir en las escuelas los cheques de la beca universal, no hay viáticos disponibles para realizar esta labor: todo se lo han gastado.

La directora aprovechó un viaje a China con algunos copartidarios suyos, pero se espera que no regrese a su puesto. Verdaderamente que esta situación provoca náuseas en quienes vemos cómo se usan los recursos públicos para favorecer a los partidos de Gobierno, al igual se ha hecho antes y después de la dictadura. Lamentablemente Juan Carlos Varela no ha sido diferente.

Me aseguran que el problema no solo está en el retiro de la institución de la directora, el cual se prevé a su regreso de viaje a China, sino con acabar con el equipo que la ha ayudado a realizar todas estas irregularidades: el secretario general, la directora de la oficina regional del Ifarhu en Arraiján y los directores nacionales de Becas y Crédito, todos sus cómplices.

A lo interno del panameñismo quien puede estar alentando el descubrimiento de todo esto con Rodríguez es el diputado Gabriel ‘Panky' Soto, quien aspira a la reelección por Arraiján.

Esto denota la falta de transparencia en muchas entidades del Gobierno de Varela, sobre todo en una materia tan sagrada como lo es la educación.

ABOGADO Y POLÍTICO.

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