• 07/11/2018 01:03

Nuestros poetas le cantan a la Patria

‘[...] desciende al Istmo convertida en fuego y extingue con febril desasosiego ¡a los que amaron tu esplendor un día!'. ¿Desataría Hernández ese exterminio contra los corruptos que hoy ofenden nuestra Patria?'

A la Patria que ríe o que llora. A la Patria feliz o que gime su dolor. A la Patria histórica de abuelos y abuelas, a la Patria romántica de los primeros amores. A la Patria añorada cuando estamos lejos, a la que abrió sus entrañas para servir al mundo. A la Patria hermosa que se precia de sus bellezas naturales, a la indignada que protesta con coraje contra los abusos perpetrados por propios y extraños.

Muchos poetas recuerdan avatares de los 115 últimos años de historia, henchidos de amor por el terruño que los vio nacer y de respeto por sus amados símbolos. Menciono apenas un reducido puñado.

Nicole Garay celebró la fecha de nuestra separación de Colombia con estos versos: ‘¡Tres de Noviembre! Fecha querida en que a la vida libre nació un pueblo altivo, aunque pequeño, de todo istmeño gloria y amor… Tres de Noviembre, dichoso día que al alma mía júbilo das, tú eres la gloria de los hogares do tiene altares ¡la libertad!'.

Para Ricardo Miró, Rubén Blades y Eduardo Ritter Aislán la Patria querida son ‘pedazos de la vida envueltos en jirones de amor o de dolor… son los viejos senderos retorcidos que el pie, desde la infancia, sin tregua recorrió… son los árboles antiguos conocidos que al alma nos conversan de un tiempo que pasó... Son tantas cosas bellas… son las paredes de un barrio de su esperanza morena… es el sentimiento en la mirada de un viejo… y la entera primavera de hermanita nueva… son el ritmo del tambor que gime, el fresco divagar del río… son la risa de la chola ingenua…'.

Amelia Denis de Icaza nos recuerda humillaciones sufridas por la Patria: ‘Ya no guardas las huellas de mis pasos, ya no eres mío, idolatrado Ancón… que ya el destino desató los lazos que en tus faldas formó mi corazón… por tu duelo lleva mi lira un lazo de crespón… ¡ya no eres mío idolatrado Ancón!'.

Berta Alicia Peralta sufre: ‘Nueve de enero, número inicial principio germinal de independencia… lúgubre silencio letal de palomas soltadas en el centro de la vida … donde murieron quemados sus ojos acongojados por dentro ultrajados en su casta y en su sangre violados en su lengua y sus hijos acogotados, sumidos en la ira y la barbarie…'. Y Luis Bejarano canta: ‘¡Colonia Americana No!', mientras Blades recuerda a ‘los mártires que gritan bandera, bandera, bandera'.

Ignacio Valdés y Alberto Galimany, con palabras y música inolvidables, nos describen esa enseña gloriosa: ‘Con retazos de mi cielo, con destellos de la aurora, con la albura de un anhelo te dibujaron, enseña ideal' y Hercilia Ramos de Argote recalca: ‘… ondula en los vientos, en rítmicos giros, la linda bandera, pendón tricolor, con su azul de cielo, su blanco sublime, su rojo encendido en llamas de amor, y sus dos estrellas brillantes y diáfanas que alumbran senderos de liberación'.

La hidalguía de Gaspar Octavio Hernández nos dice: ‘¡Bandera de la patria! Sube hasta perderte en el azul... Y luego de flotar en la patria del querube; de flotar junto al velo de la nube, si ves que el Hado ciego en los istmeños puso cobardía, desciende al Istmo convertida en fuego y extingue con febril desasosiego ¡a los que amaron tu esplendor un día!'. ¿Desataría Hernández ese exterminio contra los corruptos que hoy ofenden nuestra Patria?

Este mes es propicio para homenajear a Panamá recordando odas que inspiraron a tantos bardos panameños: la Patria que, con sus altos y bajos, ¡no cambiaríamos por ninguna otra en el universo!

EXDIPUTADA

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