• 02/04/2019 02:02

Narcopolítica, clientelismo y Tribunal Electoral

‘Los delincuentes de todo tipo se están apoderando de la política y pareciera que, [...], el Tribunal Electoral solo se dedicará a contarnos bien los votos el 5 de mayo'

En más de una ocasión, el presidente Varela dijo a los medios que en la política estaba metida la droga. Inclusive, llegó a puntualizar que en la Asamblea Nacional había por lo menos a siete diputados salpicados con el terrible flagelo. Varela nunca presentó alguna denuncia, como hubiese sido responsable hacer. Me imagino que disponía de la información por la inteligencia proveída por el Consejo Nacional de Seguridad. La ciudadanía sospechaba de algunos, pero todo quedó allí.

En una ocasión pregunté a un ministro del Gobierno anterior sobre la candidatura de Cambio Democrático a alcalde de Colón de alguien cuestionado por su vinculación con las drogas. Su cortante respuesta fue: ‘En el PRD sucede igual'. Parecía que se daba por descontado que este tipo de candidatos surgiera y los partidos solo tenían que aceptarlo. Dirían que eso por lo que querían ‘las llamadas bases del partido'.

Quizás, por el acceso a tantos medios alternativos de opinión y redes sociales, hoy se conocen más de estas situaciones que tanto peligro afloran para la ciudadanía de concretarse la elección de estas personas. Cuando pensábamos que esto únicamente más ocurría en México o Colombia, ya arrima a nuestra orilla. A mi juicio, esta situación va vinculada a candidatos que están metidos en el negocio o que, a cambio de apoyo, lo aceptan, aunque sucio, para usarlo en el exacerbado clientelismo que se ha desarrollado en el país. Para un narco es muy importante tener acceso o simplemente controlar a un diputado, a un alcalde o a un representante.

En días pasados, el diario La Prensa, presentaron dos historias escalofriantes de candidatos involucrados con pandillas y drogas. Por los detalles, me imagino que las historias fueron filtradas por la Policía Nacional. La primera, la del candidato a diputado panameñista Elías Vigil (8-10), cuya hermana supuestamente es la compañera sentimental de conocido pandillero que apoya su campaña. La otra, del diputado suplente PRD en Colón, Abilio Anel Corrales Frías, investigado desde 2016 por su vinculación con drogas, pero sin que se haya movido ápice alguno en la Corte Suprema, y quien descaradamente dice ‘conmigo no se metan: soy suplente a diputado'.

El domingo 31 de marzo fue asesinado por sicarios el candidato a representante de corregimiento por Pedregal (Ciudad de Panamá), quien apoyaba al panameñista Vigil para la diputación en el 8-10. Al igual que la mayoría, pienso que, para seguir en la misma línea de acción del corrupto sistema que vivimos, no pasará absolutamente nada.

Esas actividades ilícitas, al igual que lo sería el haber robado fondos de la Asamblea, también se han metido más de lo que pensamos en la política criolla. Vemos el caso tan denunciado del grosero clientelismo de la diputada Yanibel Abrego, presidenta de la Asamblea y secretaria general de Cambio Democrático. Se asoma la denuncia de varios candidatos en contra del presidente del PRD, Benicio Robinson, acusado por su excesivo clientelismo por violar el tope de contribuciones permitidas a cada diputado, B/. 300 000.00. En ambos casos, entre los diputados que sí se reelegirán, tampoco pasará nada.

Todo esto enturbia las elecciones y como señalé semanas atrás, hace que las mismas se tiñan de fraudulentas, porque que en muchos circuitos saldrán electos candidatos que por ‘comprar' tantos votos por adelantado, prácticamente secuestrando a comunidades enteras, desde antes suman con los votos para ganar.

Lo único que he oído sobre esto ha sido al presidente Varela, en su estilo de Poncio Pilatos, decir que se debe investigar. ¿Por quién? ¿Por un fiscal electoral que no hizo nada en 10 años, cuyo reemplazo Varela presentó para su consideración a la Asamblea tardíamente? ¿Por la investigación interna de los partidos involucrados? ¿Por Rómulo Roux, que pondrá en orden a Yanibel Abrego? ¿Por Popi Varela, separando al candidato del 8-10 que muestra estos antecedentes? ¿Por Cortizo, censurando lo que hace Benicio o el suplente a diputado por Colón? ¿Por los tres magistrados del Tribunal Electoral, que parecieran más preocupados por las trabas en las campañas que en hacer una elección libre de trampas y de malas influencias?

Los delincuentes de todo tipo se están apoderando de la política y pareciera que, por su parsimonia y legalismos, el Tribunal Electoral solo se dedicará a contarnos bien los votos el 5 de mayo. Quizás a nivel presidencial, por la cantidad de votos que tendrían que comprar, el fraude se haga casi imposible. Pero, a nivel de diputados, sobre todo en los uninominales como, por ejemplo, Bocas, Capira, Pesé o La Pintada, los ungidos lo están desde mucho antes. A nivel de representantes igual sucede, sobre todo si el corregimiento colinda con el mar y facilita el trasiego de drogas con lanchas rápidas. Dirán, ¿si Pablo Escobar Gaviria, con toda su fama, logró ser diputado en Colombia, los capos de aquí también tienen que buscar su espacio.

Vamos muy mal. Peor de lo que nos dicen los presidenciables con sus perennes promesas. Si no hacemos algo pronto, empiecen a mirar cómo quedaremos.

CANDIDATO A DIPUTADO, CIRCUITO 8-8.

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