• 09/04/2019 02:01

La reinvención de la seguridad social

La CSS debe mutar a una entidad que opere como un gestor financiero y asegurador

Un tema que la siguiente administración deberá abordar seriamente es el de la Caja de Seguro Social (CSS); y no me refiero solo a la solvencia financiera de programas como el de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM - pensiones y jubilaciones) y el de enfermedad y maternidad (del que he escuchado, también podría tener dificultades); más bien, me refiero a la reestructuración integral de ese gran monstruo bicéfalo que ha demostrado con creces su incapacidad, ineficiencia, cooptación por poderes e intereses particulares y la consecuente prestación de servicios de cuestionable calidad a sus asociados. Sí, porque a los cotizantes de la CSS hay que dejar de verlos como simples usuarios; ellos son socios-propietarios.

Tal cual lo planteé hace más de 15 años, en varios artículos de opinión, la entidad, como tal, debe desaparecer y dar paso a un modelo público-corporativo, enfocado exclusivamente en garantizar a los cotizantes su jubilación futura, las pensiones por enfermedad y el seguro de salud respectivo. La CSS debe mutar a una entidad que opere como un gestor financiero y asegurador, 100 % público, que tome el dinero de los socios y lo multiplique. Lo que se necesita es dinero y lo que la CSS no cesa de demostrar es su total incapacidad para incrementar los activos de sus socios.

¿Y la atención en salud? Como también señalé en aquel entonces, ninguna discusión sobre la CSS puede pasar por alto el tema de salud y ninguna discusión sobre un sistema público de salud puede pasar por alto la integralidad de la CSS; por eso es que no acabamos por resolver ni una cosa ni la otra. La CSS no fue creada para brindar servicios de salud, no obstante, una decisión populista la convirtió en eso y hoy pagamos las consecuencias. Es por ello mi insistencia en la necesidad de una solución final integral, que no se ocupe, otra vez, solo de ‘salvar' el IVM, sino de transformar a la CSS y, por ende, todo el sistema de atención de salud; dando a los panameños una respuesta programática, no mágica, pero sí sostenible en el tiempo.

A la creación de este asegurador le conlleva la cesión de la administración de todos los dineros de cada uno de los fondos de la actual CSS, así como las propiedades. Esto sería muy parecido a dividir la entidad en dos, como proponen algunos sectores, con la diferencia de que mi propuesta es eliminar definitivamente a la CSS; crear un asegurador de carácter público, autónomo, y dejar el 100 % de los servicios de salud en manos del Estado (ya sea el Minsa o una eventual Autoridad de Salud, que es otra propuesta que ronda en el ambiente).

Corresponderá al asegurador emplear el fondo de administración de la CSS para las indemnizaciones de traspaso del recurso humano al Estado, quedándose solo con aquel personal prioritario (actuarios, especialista y otros). Por otro lado, bajo la firma de una Ley de transformación del sistema público de salud, que defina y respalde el proceso de unificación de los modelos de atención, le corresponderá al Estado hacerse, por compra o canje, de las instalaciones de la CSS. De ninguna manera la CSS debe ceder o entregar sus instalaciones, las mismas son de su propiedad y, como tales, deben ser adquiridas bajo un marco legal que establezca costos, plazos e intereses por tiempo. De darse una compraventa, los fondos pasarían al asegurador. Otra opción sería el canje, es decir, que se capitalicen las instalaciones y su valor en dinero se transforme en un fondo que pague la atención de los asegurados por el sistema público único hasta que se agote. Esto porque, en un sistema único, el Estado deberá prestar servicios de salud a asegurados y no asegurados. Corresponderá al asegurador pagar al Estado por la atención de sus socios, de acuerdos a escalas de precio predefinidas, revisadas cada cierto tiempo. Es más, la nueva entidad aseguradora podrá pagar el 100 % y a través del sistema de copago, los servicios de salud que sus socios adquieran en el sector privado, lo que ayudaría a bajar la carga del sector público. En este punto, cabe destacar que, tal vez, no todas las instalaciones de salud de la CSS sean rentables en términos de prestación de servicios para el Estado (lo dudo bastante); pero, de darse el caso, corresponderá al asegurador definir qué hacer con esas propiedades, buscando el mejor beneficio para su asociados.

Para todo lo anterior, serán necesarios innovación, determinación, liderazgo, compromiso y disposición de afrontar consecuencias. No se puede seguir insistiendo en mantener un modelo ineficiente; podríamos tener los políticos más honestos dirigiendo el Estado y la CSS seguiría encaminada hacia su descalabro financiero y operativo; ya que su diseño y funcionalidad expiraron hace mucho. Se requiere una reinvención. La CSS está a merced de la cooptación de intereses y, si eso no se corta de raíz, tal vez ‘salven' otra vez el IVM y a la entidad, pero en 10 años estaremos, nuevamente, en la misma discusión.

ANALISTA DE SISTEMAS.

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