La muerte viaja a caballo (cuento)

Tal vez muchos no recuerdan Paraná. La isla caribeña ubicada alrededor del Triángulo de Las Bermudas. Pequeño país que por su posición geográfica hace casi inaccesible visitar el lugar. Sin embargo, es un sitio de características muy contradictorias. A pesar del agujero negro en que se encuentra, posee grandes riquezas naturales materializadas en fuentes minerales de diamantes, oro y petróleo. Ello convierte la diminuta región en un atractivo turístico y lugar ideal para negocios de inversionistas y expertos en temas financieros. Por supuesto, tal privilegio no es asunto color de rosa. Paralelamente, se traduce en caldo de cultivo y territorio favorable a innumerables oportunidades para actividades ilícitas por parte del crimen organizado.

Dentro de lo positivo y negativo del escenario, la mayoría de sus pobladores vive en condiciones de pobreza muy adversas y deprimentes. Ello producto del abuso de la clase gobernante. Una cofradía de socios y familiares que intercambian el poder en periodos electorales de ocho años. Como recordarán, Paraná fue colonia inglesa por casi 200 años. La pequeña nación se liberó producto de la inesperada rebeldía de soldados que formaban parte obediente y represiva del imperio sajón y la complaciente oligarquía. Ante sorpresivo el hecho, adormecidos sentimientos de nacionalismo resurgieron, proporcionándoles la empatía y apoyo de mayoría de sus habitantes.

No obstante, una vez conquistado el manejo y control del poder, es un elixir seductor difícil de rechazar. En consecuencia, ambiciones y traiciones comenzaron a imperar en la conciencia y conducta de líderes del movimiento revolucionario. ‘Abajo el que suba' y el ‘quítate tú pa' ponerme yo' fue una constante que desestabilizó el país. La sumisa y presunta tranquilidad de pobladores fue vulnerada. El Gobierno inglés que se mantuvo como espectador, pero que mantenía intereses en la isla, intervino y derrocó a los militares.

En virtud del acontecimiento, se restablece el ‘sistema democrático'. Se programan nuevas elecciones y se reduce el periodo de Gobierno en administración gubernamental de ocho a seis años. Sin embargo, recobra vigencia el dicho popular ‘perro huevero, aunque le quemen el hocico'. El acostumbrado fraude electoral de antaño a través de robo de urnas y apagones para tergiversar resultados se institucionaliza. Copartícipes fuerzas armadas y TSE en alteración de actas. Se moderniza y actualiza sistema de informática controlado y restringido por autoridades designadas para materializar el acto que vulnera y matiza la voluntad popular en la sana expresión del voto ciudadano.

Empero, el Tribunal Supremo Electoral, TSE, no puede concretar el acto delictivo sin un cómplice. Por tanto, con bombos y platillos en parafernalia publicitaria, anuncia renombrados personajes del entorno político y social, para integrar el RET. Ríase Evite Tabardillo. Un organismo creado con el propósito de que los candidatos no se alteren u ofusquen por anuncios adversos. Aunado conlleva la imposición y compromiso de no protestar, como manera de no vulnerar la imagen de prestigio al citado evento. No obstante, como no hay crimen perfecto, la situación a veces no sale como se preve y se enredan en las patas de los caballos. El TSE no puede justificar datos y responsabiliza al RET. Los miembros del organismo no se dejan y devuelven la pelota al TSE. En ese ‘dame que te doy', quedan como la canción de Joe Arroyo, ‘A que tú me tiras a mí la caja y yo te tiro los cajones'.

Muy triste la situación. En tal escenario, un peligro en ciernes merodea la isla silenciosamente. La alianza tenebrosa que impone autoridades electas ilegítimas, se pavonea en una orgía de omnímodo placer. Nada cambia. La soberbia e intransigencia les obnubila e impide razonar que ‘Nada dura para siempre'. La desesperanza, frustración e impotencia son malos consejeros. El hambre e indignación provocarán en Paraná, una circunstancia impredecible. ‘El despertar de los muertos'.

ACTOR POLÍTICO.