• 02/03/2020 04:00

Hay que reactivar la construcción

Se están cumpliendo los pronósticos del Banco Mundial en su informe “Mejores empleos en Panamá, el rol del capital humano” (julio 2012), en el cual advirtió que la finalización de las obras de Ampliación del Canal traería un “shock económico” que durará 10 años, así como una reducción de la demanda laboral.

Se están cumpliendo los pronósticos del Banco Mundial en su informe “Mejores empleos en Panamá, el rol del capital humano” (julio 2012), en el cual advirtió que la finalización de las obras de Ampliación del Canal traería un “shock económico” que durará 10 años, así como una reducción de la demanda laboral. Cada $1 invertido en la Expansión (de los $5.5 mil millones que costó) generó $0.64 de demanda interna, particularmente de construcción. Ese estímulo ya no existe.

A nivel internacional se estima que el Efecto Multiplicador de Empleo en la Construcción (“Construction Industry Multiplier Effect”) es aproximadamente 1.6. Es decir, cada 100 nuevos empleos directos en la construcción generan 60 nuevos empleos indirectos en otros sectores. De hecho, del 25 de agosto del 2009 al 30 de octubre del 2015, las obras de Ampliación del Canal generaron unos 40 mil empleos directos, según informes de la ACP, a lo cual se agregaron, por lo menos, 24 mil empleos en otros sectores, para totalizar un impacto estimado de 64 mil nuevos empleos en ese lapso.

Lamentablemente, sucede lo contrario cuando se pierde empleo. Las cifras del INEC (Contraloría) son contundentes. Entre el 2014 y 2019 se crearon 225 281? nuevos empleos, pero la construcción perdió 39 832? empleos asalariados, contracción a la cual se agregaron 7863 empleos menos en Servicios Profesionales y Técnicos directamente relacionados a la construcción, 1006 plazas de trabajo en suministro de electricidad y aire acondicionado, 4815? en Industria de Artículos Durables (particularmente cemento y rubros relacionados), 4189? empleos en el Comercio y 5352? en Agricultura.

El 83 % de los 64 571? empleos asalariados que empresas privadas perdieron en estos seis sectores, estuvo directamente relacionado a la construcción y el 17 % restante (Agricultura y Comercio) también atribuible a su Efecto Multiplicador. En otras palabras, en los últimos cinco años, por cada 100 empleos perdidos en la construcción, se perdieron 62 en otros sectores.

Luego de una década en la cual Panamá amplió su Canal, expandió su economía 76 %, generó 576 mil empleos, duplicó salarios, invirtió más de $15.5 mil millones en educación y alcanzó el mayor ingreso per cápita de Latinoamérica, hoy enfrenta la mayor crisis de empleo juvenil y peor explosión delictiva de la historia, que amenazan con agravarse, en el sexto país más desigual del mundo y con la mayor proporción de adolescentes en Latinoamérica que ve la educación como una “pérdida de tiempo”.

Con una deserción escolar en Educación Premedia y Media cercana al 60 % y 14 mil adolescentes abandonando el sistema anualmente, muchos jóvenes humildes incursionan prematuramente en un mercado laboral para el cual no están preparados. Lamentablemente, la construcción, con un requerimiento de escolaridad promedio de 9.8 años aprobados y 82 % de su fuerza laboral con 12 o menos años de instrucción formal, no está sirviendo de plataforma de inclusión productiva para estos jóvenes, llevándolos a incursionar infructuosamente en otras actividades económicas.

En este contexto, el Gobierno lleva adelante obras de infraestructura en el área de Panamá Oeste que incluyen el Cuarto Puente sobre el Canal, la ampliación a ocho carriles de la autopista Arraiján – La Chorrera, la Tercera Línea de Metro, los seis nuevos carriles de la vía Panamericana desde La Chorrera hasta San Carlos y el Programa de Saneamiento de Arraiján y La Chorrera, a los que hay que agregar la multimillonaria inversión privada en proyectos residenciales en curso y programados para Arraiján y La Chorrera.

Tanto la inversión pública y privada como la demanda de empleo asociada a estas obras superan con creces las de la Ampliación. No obstante, su impacto social está por verse, y será escaso, si no se planifica.

La expansión del empleo dependerá de la reactivación de la construcción y el fomento del emprendimiento, así como el alineamiento de la oferta formativa a las competencias que requiere un sector productivo cada vez más atomizado, en el cual dentro de dos o tres años, la mayoría de sus trabajadores será no asalariada.

El sector privado genera 85 % del empleo y 87 % de la inversión en el país. En los últimos cinco años el 85 % de las nuevas plazas de trabajo fueron informales (100 % el año pasado). El futuro de la construcción dependerá de lo que la empresa privada y los Gobiernos puedan hacer juntos, pero lo que queda claro es que sin inversión privada no habrá generación de empleo.

Asesor empresarial.
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