• 18/03/2020 04:00

Unidos para combatir el COVID-19

“Somos especialistas en bajar el cielo a la Tierra con la oración, cuando nadie cree en nosotros, cuando todo nos juega en contra, cuando la palabra imposible, nos aplasta”

¡Vamos a salir de esta! ¡Nos vamos a levantar con creces de esta leve tribulación momentánea! ¡Esa es la consigna, de los peleadores invencibles, de los incansables panameños!

De situaciones peores y más complicadas los panameños nos hemos levantado y proclamado contra todo pronóstico: ¡Alcanzamos por fin la victoria!

¡Los discípulos de Manuel Amador Guerrero y con hilos de sangre de Urracá y Victoriano Lorenzo, en las venas, estamos hechos a prueba de fuego!

¡Las altas temperaturas de la prueba, no nos derriten, más bien nos pulen y nos hacen brillar como el oro!

¡Nos vamos a levantar como siempre de los escombros, como los guerreros invencibles que somos, porque los panameños tenemos pedigrí del cielo!

¡Los panameños estamos acostumbrados a bajar el cielo a la Tierra con la oración, cuando todo se pone oscuro y difícil y las tormentas de la vida amenazan con derrumbarnos!

¡Cuando ya no parece haber esperanza de victoria, algo surge, alguien sale y cambia las circunstancias negativas de la historia!

El mundo fue formado por héroes en los que nadie creía y que inclusive criticaron hasta la saciedad y los tildaron incluso de locos.

Noé con su arca, sin haber llovido sobre la Tierra, Moisés con los egipcios a las espaldas y un gigantesco océano adelante, partió el Mar Rojo en dos, ¡para que su pueblo pasara en el camino seco hacia su libertad!

¡Y qué decir de Daniel en el foso de los leones, y de los tres jóvenes fieles en medio del horno de fuego!

¡Daniel y los tres jóvenes bajaron el cielo a la Tierra con la oración, como hacemos nosotros los istmeños cada día, en los momentos duros!

¡Lo panameños lo vamos a lograr, vamos a derrotar al coronavirus a pesar de las dudas, de los incrédulos y de nosotros mismos!

La batalla apenas empieza, los miembros del ejército de Salud Pública lo están logrando, una lluvia de aplausos para ellos.

Nuevos héroes salen a la palestra pública, a dar sus fuerzas por el país, por los que menos tienen, por los que están asustados con la pandemia y piensan que es el fin.

¡Nos vamos a levantar de esta con la cabeza en alto, con fuerzas de flaqueza aún desde los escombros!

¡Ya lo demostramos luego de la invasión militar de 1989, reconstruimos una nación casi en ruina moral y económica, sin ánimos, sin deseos y edificamos un gran país, lleno de hombres y mujeres comprometidos con el logro de un mejor futuro!

Ciudadanos que creímos, que sí se podía y sí se puede, cuando hay voluntad de hacer las cosas bien y la única bandera de la lucha es la de Panamá.

¡No hay espacios para banderías políticas en este momento!

¡Todos respiramos el mismo aire y tenemos el corazón sintonizado en la misma frecuencia, el bien de Panamá y sus nacionales!

¡Hoy el presidente Laurentino Cortizo Cohen, lidera el ejército de guerreros invencibles sin banderías políticas, enfocado en salir victorioso en el vínculo indisoluble de la unidad total del país!

¡Hoy no se trata del PRD, del CD, del FAB, de los panameñistas, del PP o de los independientes, se trata de Panamá, una nación que hoy está muy cerca del cielo, en el interés de salir una vez más adelante!

Hoy necesitamos bajar el cielo a la Tierra con la oración nuevamente y unirnos en un solo corazón por la salud y el bienestar de cuatro millones de panameños.

Tenemos que creer en nosotros, sí lo podemos lograr, porque el éxito consiste en no echarse atrás y el fracaso en echarse atrás demasiado pronto.

Roberto Durán, creyó que sí se podía, que era posible, bajar el cielo a la Tierra, y derrotó a Leonard.

Igual creyó Omar Torrijos, frente a los estadounidenses y hoy gracias a su fe, ¡el Canal es nuestro!

Saladino, sabía que podía, si hacía el salto de su vida, y al saltar sintió que volaba por sobre la vía interoceánica, ¡como el águila del escudo nacional!

Lo mismo sintió Román Torres, cuando le anotó el gol a Costa Rica que nos llevó a nuestro primer mundial.

Los panameños podemos, y ninguna enfermedad o pestilencia nos robará el deseo de soñar, de marcar tendencia en el mundo de los negocios, la economía, la ciencia, el deporte, la cultura y la fe.

Vamos a salir adelante, de esta aparente caída nos vamos a levantar antes del conteo de los ocho segundos.

Somos especialistas en bajar el cielo a la Tierra con la oración, cuando nadie cree en nosotros, cuando todo nos juega en contra, cuando la palabra imposible, nos aplasta.

Hoy, solo queda bajar el cielo a la Tierra con la oración y derrotar contundentemente al coronavirus y, declarar que todo lo podemos lograr, aun lo imposible, ¡con Dios que nos da las fuerzas!

Periodista
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