• 30/07/2022 00:00

Es hora de un homenaje nacional para Jaramillo Levi

Los homenajes nacionales, cuando realmente son merecidos, deben hacerse en vida de los que aun lo pueden apreciar y  disfrutar. Panamá le debe eso y mucho más a este incansable escritor, promotor cultural, editor, investigador literario y profesor universitario jubilado.

Los homenajes nacionales, cuando realmente son merecidos, deben hacerse en vida de los que aun lo pueden apreciar y  disfrutar. Panamá le debe eso y mucho más a este incansable escritor, promotor cultural, editor, investigador literario y profesor universitario jubilado. Ya son numerosos los estudios que han ido apareciendo en libros individuales y colectivos, así como en revistas académicas en  diversas partes del mundo, en torno a la producción literaria  de este autor polifacético. Su abundante obra cuentística, poética y ensayística, así como sus numerosas antologías sobre variados aspectos del cuento y la poesía de Panamá, México y Centroamérica son notables.

Comienzo aclarando que con Enrique Jaramillo Levi (Colón, Panamá, 1944) me unen viejos vínculos de amistad epistolar y en cierto sentido familiar, pese a ser yo un periodista, poeta y crítico literario ecuatoriano, nacido y residenciado en Guayaquil. Durante más de 25 años le he seguido la pista, acaso porque su abuelo paterno, don Ernesto Jaramillo Avilés y el mío fueron primos y entrañables amigos aquí en Guayaquil a inicios del siglo XX. Abogado emigrado a Panamá por razones políticas, acaba nacionalizándose panameño y publicando en la ciudad de Colón un librito titulado “Fruslerías” (cuentos, poemas y crónicas picarescas sobre la vida en Colón), con un breve prólogo nada menos que del poeta panameño Ricardo Miró, quien por aquel tiempo laboraba en la Biblioteca Municipal. Es probable que por ahí le venga la vena literaria a Jaramilo Levi, que entiendo le han heredado en años recientes tanto su hija Arabelle Jaramillo como su hijo Enrique Jaramillo Barnes.

Cabe anotar que lo he entrevistado en dos ocasiones en los últimos siete años desde Guayaquil, en donde laboro como periodista; y que un ensayo breve mío sobre su trayectoria aparece en la reciente compilación del crítico panameño Fredy Villareal Vergara, que se estará presentando este año en la Feria del Libro de Panamá: “Desde la tangente: Luz y sombra en la obra literaria de Enrique Jaramillo Levi”, con el sello de UTP, en donde nuestro autor laboró durante 25 años.

Sin duda el escritor panameño que más libros ha publicado entre 1965 (“Catalepsia”, su primer colección de cuentos” y “Disparates y anomalías”, “Epifanías circulares” y “Realidades alternas”, colecciones de minicuentos que están por aparecer este año, según me notificó semanas atrás el propio autor en breve entrevista. Primer panameño en ser publicado como cuentista y poeta por editoriales mexicanas importantes como Joaquín Mortiz, la UNAM, Alfaguara y el Fondo de Cultura Económica, así como por editoriales de Costa Rica, Guatemala, El Salvador, Colombia, Venezuela y Argentina. Su libro de cuentos “Duplicaciones” (México, 1973), introdujo en Panamá la literatura fantástica y la metaficción en la década de los setentas del siglo pasado, según lo demostró el profesor y crítico literario panameño Ricardo Segura (q.e.p.d.), y lo han estudiado después el crítico chileno Fernando Burgos y la española Ángela Romero Pérez.

Además, es preciso reconocer que su trabajo como editor desde 1982 en México, es inmensa. Ha publicado libros de autores panameños en varias editoriales que ha creado: Editorial Signos, Fundación Cultural Signos, 9 Signos Grupo Editorial, y desde 2013 Foro/taller Sagitario Ediciones. Si a esto sumamos la labor desarrollada desde tres instituciones estatales panameñas, tendremos el panorama completo; me refiero al antiguo INAC , desde la Editorial Universitaria de la Universidad de Panamá, y desde 1996 en la Coordinación de Difusión Cultural en la Universidad Tecnológica de Panamá. En este sentido, si sumamos toda su labor editorial debe haber publicado libros de al menos 180 autores nacionales. En una entrevista de 2019 me dijo que publicó el primer libro de autores como Ariel Barría Alvarado, Melanie Taylor, Héctor Collado, Yolanda Hackshaw, Carlos Fong, Danae Brugiati, Félix Armando Quirós Tejeira y Nicolle Alzamora Candanedo, entre otros, y tres de Rogelio Sinán. Nada de esto se ha valorado como se merece.

Igualmente, son numerosos los premios literarios por él creados en Panamá a lo largo de los últimos 30 años: Los que han perdurado son: el Premio de Poesía joven “Gustavo Batista Cedeño” (primero en el INAC, el cual sigue existiendo en el Ministerio de Cultura); tres certámenes literarios en la Universidad Tecnológica de Panamá: Premio Centroamericano de Literatura “Rogelio Sinán”; Premio Nacional de Cuento “José María Sánchez” (ambos desde 1996) y Premio “Diplomado en Creación Literaria”. Y en 2021: el Premio de Narrativa Sagitario Ediciones “Ariel Barría Alvarado”, emblemático autor panameño fallecido ese mismo año.

Otras importantes iniciativas suyas: la implementación anual del “Diplomado en Creación Literaria” de la UTP (fundado en 2001, sigue vigente); un “Directorio de Escritores Vivos de Panamá” en la red, de la misma universidad; y la revista cultural “Maga”, creada por él en 1984, y que desde 2008 la UTP ha venido publicando dos veces por año. Obviamente, una labor cultural variadísima, imparable, siempre novedosa, que ha redundado en beneficio de las Letras de Panamá, como podrán comprobarlo cientos de colegas suyos en su país, en Centroamérica y  en México, en donde se le valora y quiere.

Periodista y poeta en Guayaquil
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