• 07/06/2023 00:00

¿Dónde están los ladrones?

“Hubo una época en que la Contraloría General de la República brindaba talleres sobre ética y con ello se prevenían actitudes desviadas en la esfera del Estado”

El noticiero de televisión presentó la información sobre denuncia presentada por un dirigente comunitario relacionada con la pérdida de medio millón de balboas en el Municipio de Chepo. Este fondo pertenecía a una partida para el desarrollo de varias obras en juntas comunales del sector. El seguimiento que se ha hecho esboza que “ese dinero no se ha visto reflejado en la comunidad hasta el día de hoy”, expresó el denunciante.

En otro caso, dos exfuncionarios fueron capturados por el presunto despojo de más de 95 mil balboas en la bóveda de la Lotería Nacional de Beneficencia, agencia de Río Abajo, en la ciudad de Panamá. Como resultado de un allanamiento realizado por agentes del Ministerio Público, se detuvo a los involucrados y luego se les acusó de peculado doloso agravado. El monto fue sustraído poco a poco, según informes.

La Caja de Seguro Social informó que 300 dosis del fármaco denominado Fentanilo desaparecieron de sus instalaciones. La Procuraduría General de la Nación, mediante un comunicado, estableció que se abrió una investigación para determinar las causas y los responsables del presunto delito contra la administración pública relacionado con la “pérdida de medicamentos de uso controlado”.

Pareciera mentira. Mayo ha dejado estos hechos que involucran de alguna manera a funcionarios de diferentes instituciones y los pone en el centro de acciones penosas para el erario. La credibilidad de entidades cuyos servicios se brindan directamente a la población se ha visto afectada por estas sustracciones que se agregan a escándalos de grandes repercusiones durante los últimos años.

La sociedad panameña percibe un recrudecimiento de la ética en algunos sectores. Sus implicaciones adquieren una dimensión que genera en los contribuyentes la idea de que el trabajo en el Gobierno es sinónimo de corrupción. Sobre todo, porque cuando se abren los procesos, se llega a resultados que son una burla para la opinión pública, pues ella refleja cómo los fallos escapan a toda lógica.

De igual manera, muchas personas que entran a desenvolverse en las estructuras gubernamentales, se dan cuenta de la inequidad en los sistemas de gerencia de los recursos humanos; así llegan a la convicción de que no es rentable asumir las tareas con responsabilidad y prefieren encaminarse por otras sendas, donde la trampa, el rejuego y los malos hábitos van a establecer nuevos patrones al quehacer cotidiano.

En algunos lugares resulta imprescindible pasar un “salve” o una “toalla” para que se aceleren los trámites. Una “mordida”, llaman en otros lados a la actuación conforme a estos objetivos interesados, que suponen el engaño, la trampa; “elevación” y “encumbre” de expedientes, así como aceptar pagos para lograr autorizaciones, permisos, concesiones o la colusión para beneficiar a otro, de negocios con el Estado.

Las prácticas desviadas se convierten en hábitos y éstos en costumbres que van dejando malas rachas y perjudican el desenvolvimiento de la nave estatal. Y lo peor es que quienes se involucran en tales circunstancias, afectan a aquellos que se desenvuelven con normal entusiasmo y en atención a una conciencia más clara y profunda sobre el significado de sus tareas.

Si volvemos la vista con mayor profundidad hacia las labores que se realizan en muchas oficinas públicas, se encontrarán otras faltas. No obstante los controles, se pierden equipos, llantas, piezas. Existe una lista inimaginable de materiales que se desaparecen en oficinas públicas, como si sobraran y las existencias fueran excesivas. En muchos casos, los propios colaboradores son perjudicados con la sustracción de piezas del inventario.

Hubo una época en que la Contraloría General de la República brindaba talleres sobre ética y con ello se prevenían actitudes desviadas en la esfera del Estado. Hoy, deben recuperarse esos ejercicios, para fortalecer la conciencia de quienes tienen a su cargo el manejo de las arcas, cuyos contenidos pertenecen a todos los ciudadanos.

Periodista
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