• 27/06/2023 00:00

¡Basta ya!, defendamos la inversión en Panamá

“Aquí se han vuelto profesionales en asustar la inversión y que exista un permanente ambiente de inestabilidad”

¿Cómo arreglamos este país, Panamá? Empezando por lo más básico, que es dejar de ser nuestros propios enemigos.

No podemos ser espectadores de la corrupción ni tampoco podemos ser espectadores o aplaudir que aquí nos destruyan nuestras industrias o juicios mediáticos a empresarios y a lo que nos genera ingresos.

Panamá es soberano. Sin embargo, hemos permitido que desde afuera nos dicten las reglas de cómo deben funcionar nuestras sociedades anónimas, que ya, con tantas reglas que nos hemos dejado imponer, no tiene ningún sentido tenerlas y de anónimas no tienen nada, por ende, esa industria se ha ido al piso.

Pero otros países, que también hacen exactamente lo mismo, no se dejaron e inclusive han expandido sus servicios, dejándonos fuera de la competencia, lo cual era obviamente el propósito de ponernos esas reglas.

Los bancos aquí ahora tratan a sus clientes de muchos años como si fueran unos delincuentes, cada vez que hacen un depósito o reciben una transferencia.

Aperturar una cuenta nueva es una complicación que muchos en la mitad del proceso dicen “mejor no hago nada”, y si eres extranjero olvídate, eso es un infierno, por eso ya aquí se ve muy poco viajero de negocios y la ocupación hotelera esta bajísima.

¿Decíamos que éramos un país de servicios y centro bancario, y ahora qué somos? Nos quitaron eso y no vi a nadie cerrando calles defendiendo nuestra soberanía, no vi campañas mediáticas defendiendo a las firmas de abogados, las cuales han reducido personal y sus socios ahora abren oficinas en otras jurisdicciones para sobrevivir.

Si no decimos “basta ya”, seguiremos en caída libre. Cada industria afectada, cada empresario perseguido, cada banco cerrado, cada obra paralizada se traduce en menos casas que se venden, menores ventas en restaurantes, ventas bajas en centros comerciales, menos autos que se venden, menos apartamentos se alquilan, menos y menos en todo.

Nos afecta a todos, pero en el momento que sucede el panameño no sale defender, piensa “eso no es conmigo”.

Tenemos la vista tan corta, que, cuando el golpe de esa cadena llega a nuestro empleo o a nuestra empresa, no sabemos por qué; olvidamos y pasamos la página de los sucesos que crearon esa ola, y estamos ya siendo espectadores y aplaudiendo la próxima.

¿Queremos que en Panamá no haya empresarios exitosos? No veo políticos atacando a perdedores, no veo campañas mediáticas contra “losers” (perdedores). Todo es contra personas exitosas. ¿Queremos que no haya millonarios? ¿Que todos estemos siempre mal económicamente?

Pues, yo quiero que en Panamá haya miles de empresarios grandes, quiero que haya miles de millonarios y ojalá billonarios. Quiero que a todas mis amistades y personas de mi círculo les vaya bien.

¿Saben por qué? Porque así Panamá vale más y a todos nos va mejor. Un tío muy querido tenía entre muchos de sus sabios dichos este: “La miseria es lo único que no se puede repartir”.

Décadas atrás, cuando lo escuché decirlo, me hizo sentido, pero, siendo yo muy joven, lo tomé con algo de humor. Hoy día, lo entiendo a la perfección y me gustaría que los medios y mis compatriotas panameños lo entendieran, como lo entiendo yo hoy.

El empresario local o visitante extranjero ve un noticiero o abre un periódico en Panamá y queda espantado con 0 ganas de invertir aquí. Los titulares, todos, son temas judiciales, indagatoria, asesinatos, denuncias, en fin, películas de terror.

En los noticieros de televisión todo es operativos, irregularidad, cierre de calle, que si estamos inundados de basura.

Hay un decir: “No hay nada más cobarde que un millón de dólares”, y así es. Aquí se han vuelto profesionales en asustar la inversión y que exista un permanente ambiente de inestabilidad.

Protestar es un derecho ciudadano, pero cerrar una calle debe ser un tema de 10 años de cárcel. Aquí 10 gatos te cierran la Interamericana porque están protestando por algo.

En un país serio, cerrar una vía de acceso es considerado tema de seguridad nacional y lo es. Una vía importante cerrada atenta contra la economía, la seguridad alimentaria y hasta contra la vida misma, porque una ambulancia puede no llegar a tiempo con un paciente en peligro por una vía cerrada.

Aquí un tema tan delicado como ese se comenta como si fuera normal. “No vayas hoy al interior que cerraron el tramo”, tal, así como normal, eso debe ser 20 chotas, tolete y 10 años de cárcel para los que la cerraron y cualquier persona que se pruebe que organizó o financió ese cierre. ¿Cierren una calle en Estados Unidos a ver qué pasa? Si tienes hijos chicos, cuando salgas de la cárcel van a ser adultos y tendrán otro papá, porque son 10 años de cárcel federal.

Inversionista y asesor financiero.
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