• 03/07/2020 00:00

Crisis y auditoría interna gubernamental

Mediante Resolución de Gabinete No. 11 del 13 de marzo de 2020, fue declarado el estado de emergencia nacional (EEN) y con ello se dio inicio a planes y programas que implican manejo de fondos y bienes públicos, en su mayoría urgentes, para mitigar los diversos y devastadores efectos del virus en la población.

Mediante Resolución de Gabinete No. 11 del 13 de marzo de 2020, fue declarado el estado de emergencia nacional (EEN) y con ello se dio inicio a planes y programas que implican manejo de fondos y bienes públicos, en su mayoría urgentes, para mitigar los diversos y devastadores efectos del virus en la población. Las experiencias de otras naciones en el manejo de crisis sanitarias dan cuenta de que entre múltiples variables, la velocidad con que los Gobiernos tienen que dar respuestas, es la causa que mayormente conduce al relajamiento y omisión de los controles, incrementándose los niveles de riesgos de todo tipo.

“Mayo mes Internacional de Concienciación sobre Auditoría Interna” (#IIAMay) fue la campaña global del Instituto de Auditores Internos (IIA), que promueve la importancia de la profesión y rinde homenaje a quienes se reconocen en la misión de “Mejorar y proteger el valor de las organizaciones, proporcionando aseguramiento objetivo, asesoría y conocimiento basado en riesgo”.1

En el tiempo que llevo escribiendo para destacar esta campaña, nunca el entalle fue tan perfecto, por el papel clave que los auditores internos gubernamentales pueden jugar en la crisis. Las siguientes son algunas consideraciones basadas en la gestión de riesgos y auditoría interna, que ayudarían a transparentar los programas estatales relacionados con la pandemia de la COVID-19:

mandato y aprovechamiento de recursos existentes. El Estado cuenta con 850 a 1000 auditores internos, según datos al 2014. Ponerlos temporalmente al servicio de la crisis (como otros funcionarios o como se hace en las elecciones generales o en los censos nacionales) es una medida efectiva y sencilla de implementar, a través de un mandato que incluya líneas de reporte funcional y organizacionalmente independientes, traslados y préstamos para formar equipos estatales COVID-19, en lugar de trabajar en entidades aisladas y sumar competencias especializadas como tecnologías de información, análisis de datos, psicología, sociología, ambiente, etc.

Más allá de las limitaciones de la auditoría interna gubernamental a las que me he referido en el pasado, recordemos que muchos auditores internos están formados para anticipar riesgos, evaluar controles y proveer una visión independiente y objetiva de los hechos a lo interno de la organización; un valor necesario durante la gestión de las crisis.

Este equipo reorganizado podría sacar adelante trabajos de forma rápida y oportuna, con énfasis en:

Evaluaciones de cumplimiento a los mandatos emitidos durante el EEN y actuar como asesores de confianza en la acelerada transición de cambios de políticas, normas y procedimientos, propios de la emergencia.

Evaluaciones a las compras relacionadas con la pandemia. Evaluar este proceso completo o en algunas de sus fases, en tiempo real, sin ralentizarlo y de forma transversal; esto reduce el riesgo de corrupción (sobreprecios, conflictos de interés, capturas de los actos por grupos económicos, etc.) y facilita aplicar medidas de remediación de forma proactiva.

Evaluaciones de eficacia y eficiencia a los planes y programas para verificar el cumplimiento de objetivos y metas. En estos trabajos el auditor realiza pruebas y verificaciones, como comparaciones de costos operativos, precios de mercado e importaciones; verificaciones de las recepciones y recibidos a satisfacción vs. las condiciones pactadas en los contratos; validaciones y mediciones del nivel de satisfacción del beneficiario, revisión de los métodos de custodia y salvaguarda de activos para paliar la crisis, para evitar su deterioro, sustracción, etc.

Evaluaciones presupuestarias y contables-financieras: el virus ha obligado a una reestructuración dinámica del Presupuesto General del Estado; verificar que esta replica adecuadamente en las entidades y asesorar en la contabilización y revelación del gasto imputable a la pandemia, en el análisis de reducción de costos, flujos de efectivo y liquidez, también es una forma en que auditoría interna agrega valor.

Auditorías de TI y análisis de datos. Si algo ha acelerado el virus, es la implementación de soluciones tecnológicas y digitalización de trámites en el Estado. Este componente requiere ser evaluado en su estructura, controles y seguridad. También se hace impostergable mayor praxis en el análisis de datos. En estos dos aspectos se concentra el mayor desafío para los auditores internos gubernamentales.

Un elemento consolidado como buena práctica en administración de crisis, es contar con un centro de información. Los auditores internos pueden evaluarlo con distintos enfoques, para asegurar que la comunicación interinstitucional, con los ciudadanos, medios, en redes sociales, etc., sea de valor y genere confianza. Igualmente pueden asesorar en métodos de recopilación y estructuración de datos, para consolidar y generar información, que reúna las características adecuadas para efectos de transparencia y rendición de cuentas.

Muchas evaluaciones pierden efectividad y valor disuasorio, porque se tornan previsibles. Los auditores internos saben escuchar y llenar las expectativas de las máximas autoridades y comités, pero también cuándo y cómo evaluar de forma sorpresiva o recurrente, para garantizar resultados de valor para la toma de decisiones.

Como ex auditora interna gubernamental y como consultora, soy consciente de hasta dónde puede o no hacer un auditor interno del Estado; que una parte de la corrupción es realidad y otra es percepción; que una auditoría interna robusta es irremplazable y constituye un eficaz mecanismo de aseguramiento y anticorrupción. También sé que las consideraciones expuestas solo son posibles con un firme compromiso y apoyo a los auditores internos por parte de quienes ejercen gobernanza, mando y jurisdicción.

A los auditores internos estatales, un mensaje contenido en un artículo de Richard F. Chambers, presidente y CEO del IIA Global, del pasado 4 de mayo, titulado: “Servidores Públicos son esenciales para derrotar (la) COVID-19”, en el que se sintetiza la misión de proteger el valor de las organizaciones. Chambers señalaba que las dos mayores contribuciones que pueden hacer al sector público son: “Hacer resplandecer la luz brillante de la transparencia y la rendición de cuentas en las instituciones públicas” y “Hablar al poder con la verdad”.

1.- Misión de Auditoría Interna. Instituto de Auditores Internos (IIA).

(*) Sobre la autora: MBA, CPA, consultora en Auditoría Interna, Riesgo, Control y Sector Gubernamental, ex directora nacional de Auditoría Interna de la Contraloría General de la República, secretaria de la Junta Directiva del Colegio de Contadores Públicos Autorizados de Panamá y exvicepresidenta del Instituto de Auditores Internos de Panamá y miembro de la actual junta directiva.

opinion@laestrella.com.pa
Lo Nuevo
comments powered by Disqus