• 24/02/2017 01:00

Un tributo a don Clímaco Batista Díaz, gran folclorista nacional

Considero que el proyecto de ley 405 es de gran relevancia para nuestra cultura nacional

Recientemente, la Asamblea Nacional aprobó en tercer debate el proyecto de ley 405, que tiene como propósito declarar el 20 de julio día del Concurso Nacional de Violines Clímaco Batista, certamen folclórico nacional que se ha venido celebrando en la ciudad de Las Tablas en los últimos 35 años.

Sobre el violín, podemos decir que es uno de los instrumentos musicales más populares en el mundo hoy día. Los orígenes de este versátil instrumento pueden remontarse a la Europa del siglo XVI y con el paso de los siglos llegó a convertirse en un instrumento musical fundamental en las presentaciones de ópera, ballet y de grandes conciertos en la Europa Renacentista, siendo uno de su grandes compositores el renombrado autor italiano Antonio Vivaldi.

El uso del violín llegó de Europa a América con la conquista española y fue interpretado, tanto en Panamá como en el continente, por medio de piezas musicales muy autóctonas que reflejaban la autenticidad de la cultura latinoamericana.

En el caso de Panamá, contamos en la actualidad con uno de los principales certámenes de música interpretada con violín y que se realiza dentro de las festividades de Santa Librada. Nos referimos puntualmente al Concurso de Violines Clímaco Batista Díaz.

Sobre Don Clímaco Batista Díaz, podemos decir que nació el 22 de mayo de 1907 en la ciudad de Las Tablas, provincia de Los Santos, fruto de la unión de Juan Manuel Batista e Isabel Díaz de Batista.

Al concluir su educación primaria y por no poder continuar estudios secundarios, se inclinó por la música y eligió el violín como su instrumento predilecto. Resulta importante indicar que Don Clímaco se inició en el mundo de la música desde muy joven bajo la dirección de Cecilio Rodríguez.

Ejerció funciones como maestro de educación primaria de 1924 a 1932; posteriormente, en la década de los sesenta, fue nombrado profesor de música en el Colegio Secundario Manuel María Tejada Roca.

Motivado por su inquietud de dar a conocer nuestra música, organizó un conjunto folclórico para el cual compuso distintas cumbias, entre las que sobresalen: ‘Los ojos de Pastora', ‘Seguí así que vais bien', ‘Neña Batista', ‘Un recuerdo tuyo', ‘La mula tumbó a Genaro', ‘Vallerrico', ‘Flor del Valle', ‘Tableña de pollera' y ‘Pista nueva', lo que le hizo mérito a múltiples reconocimientos nacionales, entre ellos el que le otorgó la Unión Folclórica Nacional, que lo premió varias veces como Violinista del Año.

En su larga trayectoria musical, tenemos, además, que fue instructor del primer Conjunto Folclórico Tableño que se presentó en la Universidad de Panamá en los años cincuenta y ganó con Don Min Acevedo el Primer Festival de Música y Décimas en 1964, con la cumbia denominada ‘Los ojos de Pastora', que él grabaría años después con Don Leonidas Cajar y la distinguida señora Lucy Jaén.

Don Clímaco Batista fue un pionero de la música típica panameña interpretada con violín y dedicó gran parte de su vida a enseñar música y folclor, tanto a jóvenes, como a adultos, que siguieron su ejemplo.

Es importante mencionar que, al igual que Don Clímaco, hubo en Panamá otros grandes músicos del violín que contribuyeron con su talento y dedicación a fortalecer nuestras raíces folclóricas y que nos merecen todo nuestro respeto y admiración. Nos referimos a: Chico Purio Ramírez, Colaco Cortez, Abraham Vergara, Enemicito Herrera, José de la Rosa Cedeño, Toñito Sáez, Miguel Leguízamo padre, Artemio ‘Temi' Vargas y Tobías Plicet, entre muchos.

Debo hacer similar reconocimiento a algunos violinistas de la actualidad que siguieron la trayectoria de estos grandes precursores, ellos son: Ceferino Nieto, Colaquito Cortez, hijo de Colaco Cortez, Miguel Leguízamo hijo, Efraín González, Simón Saavedra y José de la Rosa Cedeño.

Recordamos también a algunos músicos que iniciaron tocando el violín y que con el paso del tiempo se convirtieron en grandes acordeonistas; me refiero particularmente a Gelo Córdoba, primer acordeonista de Panamá, compositor de ‘El Mogollón'; Dorindo Cárdenas y Alfredo Escudero.

Considero, finalmente, que el proyecto de ley 405 que aprobó recientemente la Asamblea Nacional es de gran relevancia para nuestra cultura nacional, porque robustece nuestras raíces folclóricas e incentiva a la juventud a participar en un Concurso Nacional de Violines que representa la semilla en donde germinarán los futuros violinistas del país.

Debemos tener presente que la música constituye una forma real y objetiva de dar a conocer al mundo nuestros gustos, sentimientos, ideas, pensamientos y emociones; por lo tanto, en la medida en que fortalezcamos culturalmente a la Nación, estaremos haciendo Patria y contribuiremos a ser mejores ciudadanos.

DIPUTADO DE LA REPÚBLICA.

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