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- 12/09/2020 00:00
Enseñemos con el ejemplo
Vivimos en un país de derecho y cumplimos las normas, porque esta es la forma en que puede darse la convivencia en una sociedad civilizada. Cuando actuamos al margen de la ley, aunque esta no nos guste, entronizando la anarquía, que podría terminar en una situación impredecible, con resultados que todos lamentaríamos.
Los farmacéuticos se quejan de que deben someterse a un examen por el Consejo Interinstitucional de Certificación Básica en Farmacia (Cicfa), para poder obtener su idoneidad y ejercer la profesión, y esto está reglamentado por una ley. Aunque los egresados de las universidades consideren que la ley no es justa, mientras no se derogue o modifique, todos están obligados a someterse a ellas.
Cuando se resquebraja la ley, y se concede idoneidad a un farmacéutico que no se haya sometido a los exámenes para obtener la idoneidad, se agrega un elemento más a la frustración de jóvenes que han creído que la educación es el agente de movilización social y que han culminado sus estudios universitarios y aún no pueden trabajar.
Los dirigentes del Cifca deben enseñar con el ejemplo, y no podrán permitir que la moral de los egresados que están en lista de espera desde 2019, por hacer un examen para optar por la idoneidad, se desmorone, cuando perciban que alguien entró por la puerta de atrás y logró su idoneidad.
Algunos sectores opinan que hacer un examen extracurricular para obtener una idoneidad, sobre cuándo se ha estudiado en Panamá, es como una especie de superestructura fuera del sistema educativo, para demostrar que un egresado de una universidad tiene las aptitudes para desempeñar una profesión.
En el sistema educativo, existe el Consejo Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria de Panamá (Coneaupa), que aprueba los programas de las universidades y que además tienen la función de fiscalizar su funcionamiento. El perfil de todos los egresados de las universidades está definido en los programas y si, por algún momento, se percibe que las universidades no están cumpliendo, entonces es a las instituciones fiscalizadoras a las que les corresponde subsanar estas deficiencias, para que los egresados, una vez culminada su carrera, puedan iniciar su carrera laboral.
Si se le ha concedido idoneidad a un farmacéutico que no se ha sometido a los exámenes de rigor, del cual no dudamos que tenga la capacidad para ejercer la profesión, entonces abramos el compás, para que a todos los farmacéuticos egresados de nuestras universidades se les otorgue su idoneidad y que luego en el ejercicio de la profesión sean sometidos a una recertificación.
El estadista tiene que mirar hacia el horizonte lo que puede ocurrir, si se continúa con estas medidas. Esto puede provocar que no haya motivación por estudiar carreras del sector salud y tendremos déficits de médicos, enfermeras, odontólogos y farmacéuticos. Esta experiencia la hemos vivido, el sector agropecuario se está quedando sin técnicos, porque no hay relevo para reemplazar a los que se están pensionado, como también estamos viendo que las plazas para formar médicos especialistas eran reducidas, ahora no tenemos médicos especialistas para atender la demanda del sector salud.
Las universidades confieren un título, que le otorga honores, derechos y privilegios a sus egresados, respetemos ese diploma.