“No dejo de oír a la gente pidiendo auxilio, su hilo de voz perdiéndose en la oscuridad y la silueta de un hombre en el techo de su coche alumbrada por...
- 17/12/2013 01:00
Regreso al futuro
Una de dos, o nuestros electores no tienen mucha memoria, o nuestros políticos asumen que todo se olvida en nuestro país. No hay otra explicación para entender cómo un político puede al finalizar un periodo de 5 años salir a prometer y ofrecer todo tipo de soluciones, nunca mencionando su actuación en los 5 años. Los panameños estamos en esta elección en particular frente a un fenómeno político. Uno de los principales candidatos se presenta como oposición, pero es vicepresidente del actual gobierno. Nunca pensó siquiera renunciar a su cargo, aunque violó la ley constantemente al no cumplir ni con lo mínimo de sus funciones, la cual era asistir a los consejos de gabinete.
Juan Carlos Varela camina el país vendiendo propuestas y programas como si el no hubiese tenido nada que ver con los desatinos del actual gobierno. Pero, hagamos memoria. Primero, si en el 2009 no se retira como candidato a la presidencia y acepta la vicepresidencia de CD, Martinelli no hubiese ganado. En ese triunfo, panameñistas y la alianza CD-Molirena alcanzaron mayoría absoluta de diputados, garantizando una Asamblea amiga al Ejecutivo. Con esa fuerza, el CD cedió la presidencia de la Asamblea en el primer año al panameñismo, recayendo en Popi Varela, hermano de Juan Carlos. Y, ¿recordamos lo que aprobaba esa primera Asamblea?
Ellos fueron los que derogaron la ley de carrera administrativa, quitando a los funcionarios públicos su estabilidad. ¿Ha aceptado Juan Carlos Varela su responsabilidad en esto? No. Como tampoco ha aceptado su responsabilidad por aumentar el ITBMS de 5% a 7%, proyecto de su ministro de Economía y Finanzas (MEF), Alberto Vallarino, quien a su vez fue posteriormente electo vicepresidente del partido que preside Varela. ¿Habla hoy Varela del 7%? No, pero habla del aumento de la canasta básica, dejando a un lado el aumento del costo de vida por el aumento del ITBMS.
Esos panameñistas unidos en bancada al CD y Molirena son coautores y no cómplices de la mayoría de los errores cometidos por el Ejecutivo. Ellos ratificaron a tambor batiente o golpe de curul a una serie de funcionarios que no estaban capacitados para ocupar los cargos. Igualmente, ratificaron magistrados de la Corte Suprema de Justicia, Procuradores, etc, que dejaron luego mucho que desear en sus funciones. Esos panameñistas firmaron en el MEF contratos directos, compras directas, contratos con evidentes o aparentes sobreprecios, fueron los panameñistas los que aprobaron la ley chorizo y aprobaron la represión en Bocas del Toro y las comarcas, igualmente. Porque esos panameñistas de Varela votaron a favor del cambio del Código Minero y luego negaban la participación de funcionarios en la Asamblea para ser cuestionados.
Hoy, Juan Carlos Varela no parece recordar todos los viajes que hizo con el presidente, no había viaje del mandatario en el que no fuese con él Varela. Parece haber olvidado sus viajes a Italia con Martinelli, sus reuniones con Lavitola, Berlusconi, y demás de Finmecanica y compañía. Varela estuvo allí, y no de turista, sino de vicepresidente y colaborador de Ricardo Martinelli.
Hay más fotografías de Varela y Martinelli juntos, sonreídos y abrazados, que de ningún otro funcionario del gobierno con su presidente. Y, ¿acaso por qué vino la separación de ambos? Todo lo aclarado posteriormente parece indicar que Juan Carlos, como buen empresario, empezó a notar que había un círculo (ahora le llaman cero) donde estaban originándose la mayoría de los ‘buenos’ negocios, y donde él no estaba incluido. Atacó la venta del ‘parque del florista’ como acto ilegal y le respondieron con el negociado del terreno de Las Cumbres para un centro de salud, en la clásica ‘mano y mano’. Pero, donde se equivocó fue en subestimar la fuerza de los amigos de negocios del presidente que sin ser ni estar en política, jugaban en el estadio empresarial con su amigo Martinelli.
Y Varela sale de la cancillería pero no de la vice presidencia, pero arrastra a su partido fuera del gobierno. Hoy, como candidato, proyecta confusión a los electores. Fue por 26 meses incondicional de CD, aprobó las peores y más criticadas leyes, entregó su bancada al oficialismo y pero aún, debilitó increíblemente a su partido. Perdió más de 8 curules al transfuguismo, vio al CD crecer de 140,000 miembros a 505,000, mientras el Panameñismo no alcanza todavía los 300,000 y, peor aún, 300,000 divididos por la errática dirección del partido.
Hoy, fuerzas como Mireya Moscoso, Marco Ameglio, Arnulfo Arias Olivares, Alejandro Pérez y muchos líderes naturales del partido están en franca disidencia. Su alianza solo ha producido la suma del Partido Popular, los casi 23,000 sobrevivientes de la antigua Democracia Cristiana, donde por la militancia que se ve son más bien 14,000 originales y 10,000 hijos.
Hoy, en el juego de espejos que producen las diferentes encuestas, Varela pretende con lo que le queda de su partido igualarse a la fuerza PRD, partido con 540,000 miembros y cuya historia muestra como al final cierran unidos frente a cualquier adversario. Pretender igualar la fuerza PRD que respalda a Juan Carlos Navarro es una cosa, desconocer su propia historia y responsabilidad del presente gobierno al que hoy, por conveniencia se opone, es otra. Los electores tienen memoria, el 4 de mayo veremos como le pasan la factura a los tránsfugas, a los diputados del 7%, ley chorizo, ley minera, tierras de Colón, y, por igual a Juan Carlos Varela y Ricardo Martinelli.
INGENIERO Y ANALISTA POLÍTICO