Así lo confirmó el viceminsitro de Finanzas, Fausto Fernández, a La Estrella de Panamá
- 24/08/2009 02:00
Un grano de arena en el Universo
En diversas partes del mundo el hombre continúa la perversa práctica de atentar contra el hombre y su ambiente. Exhibe su más perversa conducta de avaricia y de egocentrismo desmesurado. En nuestro país la conducta ha sido progresivamente evidente en los últimos veinte años.
Me falta la memoria para recordar el nombre de uno de mis sabios profesores que, en alguna estación de la adolescencia, y en medio de una de esas tertulias sobre muchas cosas de la vida, nos recomendó a un grupo de compañeros y a mí que, si alguna vez estuviéramos en el interior del país durante el tiempo de verano, exploráramos la majestuosidad del cielo nocturno; inmenso y estrellado con la interrogante repetitiva de: “¿qué habrá allá afuera? Pero cuidado, no lo hagan por mucho tiempo, porque pueden quedar locos” , apuntó. Cada cierto tiempo me acuerdo de esta recomendación. Pocos años después disfruté por varias horas en la playa de Farallón con el espectáculo celestial más sorprendente que mis ojos juveniles habían visto hasta entonces.
En el año 1996, un grupo de astrónomos enfiló el telescopio espacial Hubble hacia un punto del firmamento —más pequeño que un grano de arena visto a un brazo de distancia— que aparentaba estar completamente vacío, desprovisto de planetas, estrellas o galaxias. Después de varias semanas los resultados fueron sorprendentes. Obtuvieron una imagen que consistía de más de 3000 galaxias, la cual fue denominada el Campo Profundo del Hubble. Cada galaxia con millones de millones de estrellas. Cada estrella con sus sistemas planetarios. Dicha imagen tuvo grandes repercusiones para el campo de la astronomía, porque los astrónomos no esperaban encontrar tantos cuerpos celestiales nuevos al apuntar la cámara más avanzada construida por el hombre a un punto tan pequeño.
Pensemos de nuevo: un pequeño punto del firmamento del tamaño de un grano de arena. Tres mil galaxias con millones y millones de estrellas; casa estrella con sus respectivos planetas. Lo que logramos observar con la imagen del Hubble sucedió hace trece mil millones de años. Es iluso no aceptar la posibilidad de vida en algún lugar del Universo. Los científicos estiman la edad de nuestro sistema solar y de la Tierra en alrededor de 4.6 mil millones de años y de la aparición de las primeras formas de vida hace aproximadamente unos tres mil millones de años.
Volvería loco tratar de entender a ciencia cierta: ¿qué hay allá afuera?, ¿qué ocurrió en los 13 mil millones de años que tomó imprimir esa imagen en el dispositivo CCD del Telescopio?
El ser humano de hoy, el que inventó y construyó el Hubble, el que se maravilló con este descubrimiento a campo profundo, el que ha sido capaz de curar muchos de los males que sobre la Tierra ha amenazado nuestra forma de vida; es el mismo ser humano que a lo largo de los siglos, en su camino evolutivo ha conspirado contra sí mismo. Ha promovido innumerables guerras, ha esclavizado y abusado de su propia especie para su beneficio personal y ha atentado en innumerables ocasiones contra su propia existencia como colectivo viviente.
En el último año, países industrializados pagaron millones de millones de dólares para rescatar sus economías como consecuencia del apetito avaro de un puñado de empresarios de los centros financieros mundiales. Esos dineros muy bien pudieron servir para atender el hambre y curar las enfermedades en las naciones pobres del África o en los países del Tercer Mundo.
En algunos países de América Latina y en Panamá, estos años dan cuenta de un retorcido y corrupto sistema político y social que aspira y juega con el poder para beneficio y aprovechamiento de unos pocos en detrimento de las necesidades sociales y humanas de gran parte de nuestras poblaciones. Enriquecimiento ostentoso, vulgar y desmesurado.
En medio de la universalidad interminable queda por saber si alguna civilización distante nos tendrá en la mira con su propio sistema telescópico y puedan describir como nobles a aquellas personas o instituciones que luchan todos los días por sacarnos de la barbarie y de la ignorancia. Y ojalá no se vuelvan locos al ver la puntualidad con que otros laboran todos los días para acabar con una civilización que pudo ser grande, creando divisiones para destruir este pequeño espacio y este tiempo que nos ha cedido el Universo.
*Comunicador social.ernestoholder@gmail.com