• 08/11/2022 00:00

El 'know how' de los negocios desde el poder

“Así como una parte de la corrupción que se dio en el Gobierno de Ricardo Martinelli se comenzó a saber siendo Varela presidente, igual será con el actual Gobierno. Al próximo le tocará llevar a los actuales gobernantes al banquillo de los acusados”

Los escándalos de los auxilios económicos a políticos del PRD no son nuevos. Tienen vieja data. Durante la gestión de Juan Carlos Varela, denuncié a la directora del Ifarhu, Yesenia Rodríguez (en programa de Álvaro Alvarado en Telemetro), por utilizar su posición para dar becas en Arraiján donde aspiraba ser diputada. Al parecer, le ayudó lo que dio: resultó electa.

Un presupuesto de $69 millones hace siete años, ha subido actualmente a $420 millones. Hay bastante para repartir a más diputados, amigos y para pagar favores, los ilícitos auxilios económicos que reciben y se han conocido.

Pero ¿será el Ifarhu único lugar donde encontrarán prendas como la de los auxilios económicos? No lo creo.

No debemos olvidar excesos dados durante la pandemia con bolsas de comida y vales de dinero, que enriquecieron a más de uno, así como la compra sin controles de insumos médicos y vacunas por parte de altas autoridades y militantes del PRD. Tampoco escándalos en la Lotería Nacional en control del Molirena y que Nito Cortizo reiteradamente ha ignorado.

Bastaría con averiguar préstamos políticos y mal garantizados otorgados en Caja de Ahorros, Banco Nacional de Panamá, Banco de Desarrollo Agropecuario, el Instituto de Seguro Agropecuario, Banco Hipotecario, Ipacoop y Ampyme.

O, ¿adentrarnos en los cupos de taxi en la oscura ATTT, donde despiden a un director, supuestamente por corrupción, y nadie explica nada? Donde hay mafias que controlan miles de cupos en detrimento de los taxistas.

O, ¿en Relaciones Exteriores, donde algunos cargos tienen precio y, en muchos casos, quienes ostentan esas posiciones hacen tanto dinero que se convierten en nuevos ricos y grandes donantes de campaña?

Desde el Gobierno de Varela se planteó regular las notarías, fuente de ingentes ingresos, pero se olvidaron de ello, porque son parte del botín de que dispone el gobernante para pagar a amigos o silenciar a opositores, como ocurrió con Varela, que dio notarías a connotados perredés, lo mismo que ocurre ahora con notarías en manos de varelistas. Seguro que tales prácticas, comunes siempre, sirven para redondear salarios de algunos ministros o directores que dicen no les alcanzan los $7000 que reciben al mes.

Sería interminable la lista de beneficios que obtienen de la ubre estatal los dirigentes políticos. Súmele el escándalo de las exoneraciones a inversiones turísticas que, de seguro, sirvió para beneficiar a amigos del poder.

Por ejemplo, en el MOP, Miviot, AMP, Meduca, con las concesiones mineras en el MICI o en Tocumen, por solo mencionar algunas. Con nombramientos de botellas y garrafones. Cada entidad tiene algo para ordeñar. Son como especies de feudos de quien controla la entidad. No se salva ni la ACP, que sus sonados escándalos ha tenido.

El problema es muy profundo. Quien gana una elección se apodera de las ventajas económicas y hace negocios desde el poder. Todo es suyo, simplemente, porque ganó. Lo hace porque el anterior lo hizo y seguro de quien lo reemplace lo seguirá haciendo. Los gobernantes que salen le pasan el “know how” al que lo sucede. Así pasó con Odebrecht: de Torrijos a Martinelli.

¿Y el pueblo al que juraste representar? “A ese ya le di su pase en la campaña, y ya”, dicen jactanciosos.

Esa visión de país nos llevará a la ruina, porque la situación cada vez es peor. Por eso eligen contralores, directores de ingresos, procuradores y fiscales electorales amigos.

Un diario local denunció recientemente que para que aprueben el dilatado contrato entre Minera Panamá y el Estado, a diputados PRD los aceitarán con $2 millones para obras comunitarias por cabeza, que si las fiscaliza el contralor Gerardo Solís ya sabemos a dónde irán a parar. Y que a los opositores les darán entre $500 000 y $1 millón. Prostitución política en su peor escenario.

Cambiar toda esa maquinaria de apropiación de los recursos del Estado, no será fácil. El país requiere de una cirugía total para exterminar ese cáncer que nos consume.

Corresponderá a todos nosotros, exigiendo a los políticos que consideramos honrados que busquen la unidad con propósitos de hacer una profunda transformación de la corrupta clase política que succiona los recursos públicos.

Así como una parte de la corrupción que se dio en el Gobierno de Ricardo Martinelli se comenzó a saber siendo Varela presidente, igual será con el actual Gobierno. Al próximo le tocará llevar a los actuales gobernantes al banquillo de los acusados.

En nuestras manos está la solución.

Analista político.
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