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- 16/07/2014 02:00
Ser prófugo de nuestra ley
Aunado a eso llevo 14 años de no entender por qué el entonces juez Rubén Darío Royo vio en mi expediente todo lo contrario a lo que opinaban todos sus subalternos en su juzgado, también el entonces procurador general de la Nación y el público en general. Falla en mi contra sentenciándome a 48 meses de prisión, gracias a una falsa acusación. Además, la parte supuestamente afectada se retracta y le indica a las autoridades que fue obligada a mentir en mi contra. También nos enteramos de que el peritaje fuente usado para iniciar el proceso ¡era calcado de otro caso similar!
¿Qué llevó al juez Royo a ver algo diferente a la inocencia dentro de mi expediente?, me tiene aún alucinado y, a la vez, sospechoso, ya que la parte acusadora es sumamente adinerada (por generaciones y con dos expresidentes en su abolengo).
Ya habían perdido el juicio anterior y asumo que no querían perder de nuevo por desacato, como la vez anterior cuando de hecho habían ocultado a mi hija. Años después me entero de que Royo, con un salario de $3000 mensuales, estaba siendo investigado por la Contraloría por supuesto enriquecimiento injustificado (casa nueva, hospital privado, sin el tener seguro, etc.) y consecuentemente fue enviado de vacaciones por dos meses (para luego renunciar), mientras que cinco de sus funcionarios fueron destituidos inmediatamente. Todo esto se relacionaba a un caso de blanqueo de $8.5 millones provenientes del narcotráfico a través de una supuesta empresa fachada del mundialmente desprestigiado, e ilícito cartel de drogas mexicano de Sinaloa! http://mensual.prensa.com/mensual/contenido/2008/11/27/hoy/panorama/1606038.html
Un año después el entonces presidente de la CSJ y de la Sala Penal (César Pereira Burgos) admite mi caso para casación en vez de recusarse, ya que era compadre del patriarca del lado acusador y la firma de abogados de ellos era la misma que utilizaba personalmente CPB. El Ministerio Público vuelve a solicitar que se me absolviera. Finalmente, cuando estoy ante el magistrado CPB este pasa gran parte de la audiencia dormido y el hoy difunto no casó mi sentencia y se mantuvo la condena.
En fin, nuestro sistema judicial no tiene los mecanismos internos para autocorregirse o evolucionar para proteger al pequeño del grande. Mientras tanto, continúo recibiendo cartas de los países (y de entes policiales internacionales), en donde he vivido desde entonces y me indican que no reconocen el fallo de Rubén Darío Royo, a razón a múltiples faltas al debido proceso. A la vez leo vía el WWW, que ¡en Panamá continua la práctica de dar indultos a criminales comprobados! ¿Quo vadis Justicia?
INGENIERO