• 15/04/2016 02:00

El orden de los factores sí puede alterar el producto

Todos los Gobiernos, desde hace varios lustros y agravado en este último, han presentado múltiples dificultades para el inicio del año escolar

Todos los Gobiernos, desde hace varios lustros y agravado en este último, han presentado múltiples dificultades para el inicio del año escolar.

El mantenimiento en buen estado de muchas estructuras escolares; peor aún, la falta de nuevas edificaciones, muy necesarias por el incremento de la población estudiantil. La controversia entre las autoridades educativas y docentes, por la necesidad, o no, del cambio en los programas curriculares, etc.

Son consideraciones válidas pero, que consideramos, no toman en cuenta lo que los estudiantes perciben fuera de las aulas.

Es indignante escuchar, por ejemplo, los señalamientos a la juventud por actitudes no propias de los estudiantes, sin considerar que somos nosotros los que con nuestro ejemplo estamos educando a esa juventud.

La corrupción, por ejemplo, no es una materia escolar; sin embargo, los medios de comunicación social nos informan, casi todos los días, de casos donde están involucrados muchos de nuestros gobernantes. Y lo que es peor, por ciertos subterfugios legales no hay condenas. Para ellos no existe la cárcel.

Si la justicia jugara el papel que le corresponde y todos los delincuentes, sin distingo de clase social ni su alta posición en el engranaje gubernamental, recibieran el castigo que se merecen, estaríamos dando a la juventud la educación que les permitiría ser buenos ciudadanos, preocupado más por el desarrollo del país que por su condición financiera personal.

Creemos que para producir buenos ciudadanos, con principios y valores bien arraigados, los que debemos darles el ejemplo somos nosotros los mayores.

Debemos primero ser honestos para después poderles exigir un comportamiento igual o mejor. Hay una frase por allí que debemos retomar y es aquella que dice: ‘Educa al joven y no castigarás al adulto '.

Pero insistimos, se educa con el ejemplo. La corrupción no es materia que se enseña en las aulas. Esa es una materia que practican los que teniendo un trabajo digno, lo hacen indigno con sus malas prácticas; prácticas que después imitan otros con la esperanza de que tampoco les pase nada a la hora de rendir cuentas.

En fin, si no damos el ejemplo, la educación no va a lograr revertir la situación que hoy nos agobia, si seguimos actuando de la manera como lo estamos haciendo y la justicia no juega el papel para la cual está obligada, no pasará nada.

Tenemos, a estas alturas, que pensar más en la justicia y castigar a los delincuentes que andar pensando en nuevos programas educativos. Fuimos educados en viejos programas y nos sentimos orgullosos de lo que somos.

Cambiemos la ecuación. Cárcel y después educación y quizá podamos decir al final que el orden de los factores, sí altera el producto.

PERIODISTA

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