• 26/02/2021 07:12

Panamá: República militarizada y de bases aeronavales estadounidenses

"Sobre la presencia militar norteamericana en Panamá el jefe del Comando Sur de EEUU, general Charles Wilhelm dijo, en 1999, que Panamá tiene la localización óptima...Sí en el futuro fuera posible establecer un sitio de operación avanzada, (Forward Operation Location) estaría en el mejor interés de ambos países". (Gandásegui, M. Tareas 2015)

Es poco conocido -por la opacidad de los gobiernos pos invasión- que tanto el Centro Regional de Operaciones Aeronavales (CROAN) y la Fuerza Marítima Conjunta (FMC-P) ubicadas en las riberas del Canal, como la base militar en la provincia de Darién, erigidas bajo el artilugio jurídico del "Memorándum de Entendimiento", supuestamente, "administrativo; tiene un prolongado y oscuro antecedente pos invasión basado, sobre todo, en los intereses militares geoestratégicos del imperio del Norte y, para ello, no han escatimado esfuerzos en el proceso de militarización de los servicios de policía panameños (PN, SENAN SENAFRON y SPI), que traducido a un lenguaje político/vernacular constituye el nuevo matrimonio o más bien concubinato escandaloso de la plutocracia nacional con el imperialismo yanqui.

El avieso propósito globalista de los Estados Unidos, así como los antecedentes prácticos hablan por sí solos. Por ejemplo, "el comandante de las Fuerzas Navales del Comando Sur de EEUU, vicealmirante Vincent Smith, afirmó en el 2004 que el Canal de Panamá es un punto sensible para un ataque terrorista por ser un activo estratégico para el comercio mundial, lo que justificaría una fuerza multinacional para defenderlo" y agregó, "hoy enfrentamos una amenaza global y el Canal de Panamá es un punto sensible de un ataque terrorista por su importancia global para el comercio" (Ibíd)

En efecto, desde el momento de la invasión -genocidio- estadounidense al pueblo de la República de Panamá, el 20 de diciembre de 1989, y el desmantelamiento de las Fuerzas de Defensa de Panamá, dentro de los objetivos norteamericanos estaba asegurar la presencia militar extranjera en el País, más allá del mediodía del 31 de diciembre de 1999, fecha de "cumpleaños" (finalización) del Tratado del Canal de Panamá y de la presencia castrense norteamericana dentro del territorio de la República.

Para asegurar su "destino manifiesto", la potencia allende al río Bravo ha dedicado del total de su presupuesto nacional, al gasto militar, la astronómica suma de tres (3) trillones de dólares anuales. Mientras que América Latina ha hecho lo propio por un monto de 100 mil millones de dólares. ¿Cuánto de esa fabulosa suma de dinero corresponde al gasto militar de Panamá? La excusa para el desembolso de esas excesivas sumas de dinero es la supuesta necesidad de librar una "larga y costosa guerra contra las drogas" (Ibíd)

El nuevo "matrimonio" plutocracia/imperialismo se inicia con la firma del Acuerdo Arias Calderón-Hiton de 1991 para "convoyar" la recién creada Policía Nacional, del régimen lacayuno del "triunvirato". Le siguió el fallido Centro Multinacional Antidrogas (CMA) del "toro" Pérez-Balladares, de 1998. Continuó con los seis ignominiosos "Acuerdos" suscritos por la expresidenta Mireya Moscoso, entre los cuales se destacan el Acuerdo Alemán-Becker de 2001 y el Acuerdo Salas-Becker de 2002, complementario del anterior, del cual el ex canciller José Miguel Alemán no tuvo empacho para manifestar que 《"el acuerdo Salas-Becker" 'permite la presencia militar estadounidense en suelo panameño'...》(Ibíd)

Posteriormente, en el año de 2004 los norteamericanos proceden a relanzar su iniciativa de instalar una "fuerza multinacional" para la supuesta defensa del Canal, siendo lo más lamentable e indignante la impostura del hijo del general quien ahuecó la pretensión imperialista con las infortunadas palabras de que "el gobierno panameño no puede defender solo el Canal, por lo que necesita el concurso de otras naciones" (Ibíd). Por supuesto, de los Estados Unidos.

De Manera que el "Memorándum de Entendimiento", suscrito indebidamente por el Ministro de Seguridad Pública de la República de Panamá y el Encargado de Negocios a.i. de la embajada de los Estados Unidos de América, en Panamá, llámese Acuerdo, Convenio o Tratado, por ser un instrumento de Derecho Internacional, para su vigencia necesita como condición sin qua non, ser sometido a la aprobación del soberano popular, el pueblo panameño, el que sin lugar a dudas, rechazará por tratarse de la continuidad de dos procesos -antidemocraticos y antipopulares, paralelos- para la militarización de la Fuerza Pública y el establecimiento de bases militares extranjeras disfrazadas, ambos proyectos incoados por el espurio contubernio de la plutocracia panameña y el imperialismo yanqui. Acciones que no solo socavan la independencia y soberanía nacional, sino que lesionan la dignidad del pueblo panameños y transgreden flagrantemente el artículo 310 de la Constitución Política de la República y el artículo V del Tratado Concerniente a la Neutralidad Permanente del Canal y al Funcionamiento del Canal de Panamá de 1977. ¡Así de sencilla es la cosa!

El autor es abogado y analista político.

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