Evocaciones de un glorioso pasado

A todas luces, ésta ha sido la intención del Consejo Municipal de Panamá, al convocar a dos sobresalientes intelectuales como oradores en el acto de homenaje a los Soldados de la Independencia realizado en el Cementerio de Amador, el pasado 2 de noviembre, Día de los Difuntos. Es ya tradicional y de justicia honrar a los próceres de nuestra independencia, además de rendir tributo a los propios familiares y amigos.

Bajo el ardiente sol que se ensañaba contra los asistentes al acto, encabezado por el Presidente de la República, Juan Carlos Varela, el abogado Rubén Castillo Gil pronunció las breves palabras iniciales que le correspondían. Conocido profesional y ex Presidente de la APEDE, cosechó los aplausos que merecía.

El segundo orador, Dr. Manuel A. Cam bra G., es un valioso intelectual que ha revelado sus dotes como autor y orador en términos de tiempo más recientes, pero no menos significativos. La Editorial La Antigua de la USMA y la Editorial Libertad Ciudadana han publicado hasta la fecha siete libros de la pluma de este autor, en un espacio de cinco años, y tienen cuatro títulos más en proceso de edición.

Manuel Cambra, como identifica su nombre de autor, intentaba evocar en su discurso un retazo de la historia de Panamá desconocida para muchos de los presentes, en donde revelaba cómo se llegaron a establecer los espacios del Cementerio Amador dedicados a preservar los restos de personas de diversos grupos culturales. Algo muy propio de Panamá, un tributo muy adecuado. El calor sofocante obligó al orador a reducir sus palabras, por lo que apenas si logró compartir algunos detalles con los allí reunidos que le escuchaban. No obstante, en concisas palabras finales, Manuel Cambra insistió en el tema que lo vincula hoy a la autoridad de turismo, alejándolo de su carrera profesional de odontólogo ejercida por tantos años.

‘La historia no es una invención, pues está fundamentada en hechos reales y la única manera de que tenga un significado, es que se enlacen el pasado y el presente. La historia de Panamá nos dice quiénes somos, qué somos y qué queremos ser. Es identidad, pues conocer la historia de Panamá es conocer nuestra genealogía y nuestro trasfondo cultural allende los mares ', expresó con énfasis, antes de reiterar a quienes escuchaban que su presencia allí, se debía a que fue convocado para dar cumplimiento a una promesa.

Indicó que ‘uno de los medios más valiosos y modernos para la transmisión de la historia, son los museos. Espacios activos, ventanas abiertas al conocimiento universal y por tanto, uno de sus retos hacia el futuro es preservar y divulgar el patrimonio de la nación, en sus diversas manifestaciones '. Sus reflexiones condujeron a recordar que unos meses atrás, el señor Presidente de la República anunció un proyecto para restaurar el conjunto monumental de la Compañía de Jesús en el Casco Antiguo y la creación de un museo histórico sobre la presencia y obra de los jesuitas en Panamá y el resto de la América Latina. Una obra con la que soñó el Padre Fernando Guardia, s.j. (†), mentor y amigo de Manuel Cambra, como lo reconoce el autor en su obra Los jesuitas y sus obras en Panamá. Este libro ha llegado a las manos del Papa Francisco, jesuita, que aspira a la realización del museo en Panamá.

Se han dado los pasos. Manuel Cambra, asesorado por la Dra. Ángeles Ramos Baquero, Directora del Museo del Canal Interoceánico, así como por otros especialistas, ha adelantado la puesta en marcha del proyecto, al menos, desde el aspecto de la investigación. ‘Siento que es el mejor homenaje que podríamos hacer a nuestra historia; a los héroes de nuestra Independencia, a los hombres y mujeres, laicos y religiosos, nacionales y extranjeros, que coadyuvaron en la forja de nuestra identidad, que nos trajeron hasta lo que hoy somos, y cuya memoria hoy reverenciamos ', afirma, plenamente convencido de su valioso empeño.

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