Huecos, baches o alcantarillas sin tapa ponen en riesgo a los conductores que transitan por las deterioradas carreteras de Panamá, bajo lupa con una nueva...

Enumero a continuación tres pilares para una reflexión profunda sobre el tema de nutrición en el mundo.
I. La nutrición en la educación médica
He estado investigando y escribiendo sobre nutrición desde 1979, cuando trabajé en mi tesis de graduación sobre la bioquímica de enzimas y vitaminas. Unos años después, leí el libro Nutrición en la Práctica Clínica, en el que se resumía brevemente lo que todos en ese momento sabíamos sobre lo que los estudiantes de medicina necesitaban saber. Ese libro está fuera de circulación desde hace años. En 2020, una copia usada estaba disponible en Amazon por $930.
Pero, recientemente me sorprendió ver “Competencias nutricionales propuestas para estudiantes de medicina y médicos en formación: una declaración de consenso”, de Eisenberg DM, Cole A, Maile EJ, et al.
Como escribió una de las autoras, Emily Broad Leib, en un tuit (X), “Este artículo comparte el consenso de 37 líderes en educación médica sobre lo que todos los médicos en formación deben saber sobre nutrición. Con este comienzo, espero que podamos lograr un futuro en el que todos los doctores estén armados con este conocimiento”.
Esto sería ideal para todos. Cuando sustenté mi tesis en 1980, ya habían pasado casi veinte años desde que la primera conferencia sobre nutrición en la educación médica pedía más educación en nutrición. Han pasado ya 70 años desde entonces, con pocos cambios.
Las barreras estructurales son aparentemente insuperables: el enfoque en el tratamiento, no en la prevención; falta de instructores calificados; tiempo en el plan de estudios; tiempo en visitas al consultorio; la complejidad del campo.
Aun así, escuchamos aplausos por este esfuerzo de consenso, comenzando con la recomendación número 1: Proporcionar recomendaciones nutricionales y alimentarias culturalmente sensibles y basadas en evidencia a los pacientes para la prevención y el tratamiento de enfermedades.
II. Nutrición y necesidad de liderazgo para la promoción de políticas para prevenir y tratar enfermedades
Tres cuartas partes de los adultos panameños tienen sobrepeso u obesidad y corren un mayor riesgo de padecer enfermedades crónicas, pero nadie del mundo médico dice nada al respecto. Definitivamente, es necesario coordinar una nueva estrategia para combatir los esfuerzos relacionados con la dieta.
Las condiciones de salud crónicas (como enfermedades cardíacas, diabetes, cáncer y obesidad) son costosas y mortales. Actualmente causan más de la mitad de las muertes en Panamá. Sin embargo, las enfermedades crónicas se pueden prevenir en gran medida con una dieta saludable y otros comportamientos como el ejercicio. El Minsa lidera una docena de esfuerzos diferentes, repartidos en varios departamentos, para mejorar la dieta de los panameños. Pero los esfuerzos dentro de estos departamentos están fragmentados, con lo cual una estrategia para trabajar juntos podría ayudar.
Se debe considerar una nueva ley general de salud para dirigir una entidad que lidere la implementación de una estrategia nacional destinada a reducir el riesgo de enfermedades crónicas de los panameños. Para tal efecto, la estrategia debe tener la información necesaria sobre recursos, resultados y rendición de cuentas. Y en particular, un liderazgo que pueda mantener la estrategia en el tiempo. Por tanto, una prioridad del Minsa es designar urgente a esa persona.
III. Nutrición personalizada
Stephanie Rogus y Peter Lurie han publicado un nuevo artículo: “Nutrición personalizada: alineando ciencia, regulación y marketing”. Los defensores de la nutrición personalizada afirman que las recomendaciones dietéticas basadas en la población han tenido un impacto limitado porque no han tomado en cuenta las diferencias bioindividuales. Y argumentan que aumentar o reducir el consumo de determinados alimentos en respuesta a los resultados de una encuesta o prueba de diagnóstico permite el desarrollo de recomendaciones más personalizadas y, según se afirma, más efectivas.
El artículo de Rogus y Lurie no aborda los defectos del enfoque individualizado de la salud nutricional como el costo, la dificultad de especificar tratamientos, la falta de apoyo, la incapacidad de llegar a quienes más lo necesitan, etc. En cambio, se centra en la comercialización de nutrición personalizada, donde las brechas regulatorias han llevado al crecimiento del mercado de productos con eficacia desconocida que están haciendo afirmaciones audaces y posiblemente sin fundamento. A medida que estos productos de nutrición personalizados y los tratamientos relacionados continúan ingresando al mercado sin regulación, los productos poco confiables pueden causar daños financieros, psicológicos y físicos a los consumidores. Una regulación más estricta ayudará a generar confianza en estos productos entre los consumidores y garantizará su seguridad y eficacia. Es difícil discutir eso. Me alegro de que lo hayan escrito.
Una evaluación profunda sobre el estado de la nutrición es vital para asegurar y garantizar la salud de las personas. Es hora que esta práctica no sea opcional, sino una necesidad urgente de todos los países. En Panamá hay mucho que hacer.