• 07/01/2024 00:00

También están disparando a iglesias

Hezbolá disparó misiles contra la iglesia greco-católica de Iqrit, cerca de la ciudad de Shomera, en el norte de Israel, cuando socorristas trataban de rescatar a un cristiano de 80 años

El Boxing Day (algo así como el segundo día de Navidad, en países de la Europa central), parte sagrada de las celebraciones navideñas para millones de personas en todo el mundo, Hezbolá disparó misiles contra la iglesia greco-católica de Iqrit, cerca de la ciudad de Shomera, en el norte de Israel. La iglesia no tenía función militar alguna. Es, simplemente, una iglesia. El ataque, un crimen de guerra conforme al derecho internacional, hirió gravemente a un hombre cristiano de unos 80 años que llegó a la iglesia para rezar.

¿Un error? No, para nada. Hezbolá, la milicia proxy iraní en el Líbano, está equipada con misiles modernos precisos. Al llegar los rescatistas de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) a la iglesia, a fin de rescatar al anciano herido, Hezbolá disparó otro misil contra la iglesia, hiriendo a nueve de los rescatistas. Evidentemente, sabían exactamente a qué y dónde apuntaban en primer lugar.

No se trata de una aberración. Ambos grupos terroristas vinculados a Irán, Hezbolá y Hamás, han atacado constantemente lugares de culto, escuelas, hospitales y otros edificios civiles. Y mientras que, en Gaza, Hamás ha cometido un segundo crimen de guerra utilizando cientos de esos edificios como bases militares y locaciones desde las cuales almacenar y lanzar armas contra la población civil israelí —lo que obligó a las FDI a contraatacar tras el monstruoso ataque del 7 de octubre— los sitios sagrados, hospitales y escuelas de Israel no tienen esa doble vida.

Ese día no fue alcanzada solamente una iglesia. Esa noche, terroristas de Hamás en Gaza dispararon un cohete contra una sinagoga en la zona norteña de Israel, Sdot Néguev, causando enormes daños.

Pero, además, Hamás y Hezbolá tienen una vasta experiencia en disparar contra instalaciones religiosas, educativas y médicas de Israel, de hecho, disparan contra todo, en todas las áreas civiles, indiscriminadamente. El 21 de diciembre, por ejemplo, Hamás lanzó una andanada de cohetes contra Tel Aviv; los fragmentos de los mismos impactaron en una escuela de la ciudad. Afortunadamente, los alumnos lograron ponerse a salvo, justo a tiempo. Sobra decir que, a diferencia de tantas escuelas en Gaza, las escuelas de Tel Aviv no almacenan cohetes, no ocultan accesos a grandes instalaciones militares subterráneas, y sus terrenos no son utilizados para disparar misiles.

Incluso los hospitales están en la mira de los grupos terroristas palestinos. Hamás ha atacado el Hospital Barzilai en Ashkelón, al menos, en tres ocasiones, y en una de ellas alcanzó su clínica infantil. Una vez más, afortunadamente, los niños llegaron a tiempo a un refugio.

Por supuesto, no solo alcanzan a escuelas y hospitales israelíes. Muchos de los cohetes de Hamás y la Yihad Islámica Palestina, se quedan cortos y caen sobre su propia población en la Franja de Gaza, incluida la notoria ocasión en octubre, en la que un cohete de la Yihad Islámica cayó en la playa de estacionamiento del hospital Al-Ahli, de la ciudad de Gaza. Hamás acusó falsamente a Israel, y gran parte de los medios de comunicación del mundo informaron dócilmente de lo que Hamás les decía, hasta que la verdad fue rápidamente revelada.

No habrán visto muchos informes sobre los numerosos ataques contra escuelas, hospitales y sitios religiosos israelíes. Y hay muchos más ejemplos de los aquí detallados. Pero los dobles crímenes de guerra han quedado totalmente al descubierto —Hamás utiliza sus sitios religiosos, escuelas y hospitales como bases militares—, forzando a las FDI a intervenir a fin de impedir sus ataques contra Israel. No obstante, Hamás, Hezbolá y la Yihad Islámica no tienen tales reparos en atacar los lugares sacrosantos de Israel, a pesar de que sólo son utilizados para educar, rezar y curar. ¿Reparos? Se regocijan en ello.

Los hospitales están en la mira de los grupos terroristas palestinos. Hamás ha atacado el Hospital Barzilai en Ashkelón, al menos, en tres ocasiones, y en una alcanzó su clínica infantil. Una vez más, los niños llegaron a tiempo a un refugio.
El autor es Embajador de Israel en Panamá
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