• 08/09/2013 02:00

Las elecciones primarias de los partidos

El ejercicio eleccionario interno en los partidos políticos pareciera ser amplio y democrático. No obstante, tiene las mismas caracterís...

El ejercicio eleccionario interno en los partidos políticos pareciera ser amplio y democrático. No obstante, tiene las mismas características de las elecciones generales, en cuanto a la captura del voto y a las inversiones económicas, que no dejan de ser cuantiosas.

La única diferencia entre estas dos fases de un mismo proceso es que una se efectúa al interior del colectivo político y la otra hacia el exterior del Partido Político.

En ambas, las ofertas electorales, los discursos ensoñadores y encendidos, las demagogias y la compra de voluntades son las características propias y notorias.

Se trata en las elecciones primarias partidarias del ensayo del conocido modelo pernicioso de hacer política, para luego con propiedad, ejecutarlo en las elecciones generales. Más claramente expresado, practican la mentira y el engaño, para después, con las destrezas adquiridas alinear las mentes de los votantes.

Es decir, esos ejercicios eleccionarios, han terminado por legitimar las farsas y las bufonadas, pero peor aún, han hecho de la actividad política un entuerto, muy difícil de desenmarañar.

En todo esto, la modalidad de las llamadas redes sociales viene a ser un vehículo para la promoción politiquera. Más, que un instrumento útil para llevar a los conciudadanos el pensar y el contenido programático de sus ofertas electorales, están sirviendo para el insulto y lo insulso que termina por dibujar lo que es el aspirante. De esto también se sirve la elección primaria, como también de recursos económicos desmedidos, que termina por crear un desequilibrio en la contienda interna.

Las elecciones primarias no resuelven nada en materia de formación y de dirección política. No obstante, sí sirven para que los jerarcas de las colectividades políticas hagan sus designios, disfrazándolo de democracia interna.

En verdad no ayudan al ejercicio democrático las llamadas elecciones primarias. Diríamos que son en verdad hasta antidemocráticas, porque sesgan la participación interna, bajo la modalidad de garantizar a unos las postulaciones y someter a otros al escrutinio interno, lo que no puede, bajo ningún concepto, ser democrático.

Precisamente esos son vicios que tienen que ser erradicados, pues la lógica y el sentido de una elección primaria, supone la participación de todos, que es precisamente lo democrático, si tenemos en cuenta que ello debe implicar la igualdad de oportunidades. Es esa su razón de ser. De ellas deben surgir las figuras que han de representar a sus partidos, en las elecciones generales. Hacerlo de otro modo, no es correcto. Desde luego, se buscaba que el dedo indicador del dueño del partido o de los del círculo de poder, quedaran anulados. Eso no ha sido así, por el contrario se ha fortalecido.

Esos engaños, perfectamente bien concebidos, en las maltrechas democracias no contribuyen en nada con el discurso harto esgrimido sobre el fortalecimiento de la Democracia. Queda revisar el contenido y la filosofía de las elecciones primarias de los partidos, que hasta el momento solo han reproducido prácticas demagógicas y antidemocráticas.

*DOCENTE UNIVERSITARIO.

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