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- 26/05/2019 02:05
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La invitación era muy difícil de rechazar. No todos los días se presenta la oportunidad de hacer una degustación de whiskies single malt del prestigio de The Macallan. A las 7 de la noche, los invitados llegaban, bastante puntuales a una cita que se iniciaba con un coctel en el que degustamos un delicioso Old fashioned, clásico de la coctelería preparado con solo tres ingredientes: sirope, amargo de angostura y whisky, en este caso, The Macallan con 12 años de añejamiento, aromatizados con cáscara de naranja.
¿Desea otro?, preguntaban sin timidez alguna los diligentes meseros mientras que una amplia sala iba alcanzando su capacidad. De a poco, mientras se calmaba el hambre con algunas delicias y se abría una exposición de botellas de The Macallan en ediciones especiales como algunas ‘rare cask', añejados con barriles excepcionales, o botellas icónicas como la Magnum, las Master Decanter Series, las Fine and Rare Collection, con más de 20 años de añejamiento y etiquetadas con el año de su embotellamiento, la pregunta se mantenía entre los invitados: ¿cuándo probamos el ‘18 años'?
Ya cercanos a las 9 de la noche, las puertas del salón principal se abrieron para que cada uno de los más de 150 invitados ocuparan su asiento en una sala de clases con cinco copas acompañadas de cinco bombones de chocolate. Empezaría la esperada cata.
Un video presentado en dos pantallas gigantes le dio a los presentes un vistazo sobre la destilería de The Macallan, con un diseño futurístico, pero con todo el cuidado artesanal del proceso de la elaboración del whisky que la casa escocesa mantiene desde 1824.
La velada estuvo a cargo de Gonzalo Palcio y Alexandra Rivera, embajadores de marca de The Macallan para el área de Latinoamérica. Los anfitriones empezaron con un brief sobre los pilares que sostienen esta reconocida destilería: producen su propia cebada en un campo de unas 180 hectáreas, respetando la increíble naturaleza del lugar, ubicado en Speyside, el corazón de las destilerías escocesas. Se utilizan los alambiques de cobre más pequeños para obtener un corte muy preciso. Palacio revela que si bien en la industria se estila un corte que puede ir del 23 al 30% del líquido destilado (habiendo eliminado los alcoholes impuros de cabeza y cola), en The Macallan se trabaja con el 16% para garantizar ‘lo mejor de lo mejor'.
Otro elemento destacado por los anfitriones es el uso de barricas solamente de primer uso y que de considerarse que pueden aportar algo más en un segundo añejamiento se utilizan una vez más, pero no más que eso. Estas barricas pasan por un proceso de especiado para obtener resultados muy específicos. Las de roble europeo pasan por un proceso de sazón en Jerez, España, con vino de jerez, mientras que las de roble americano son sazonadas con jerez, o pasan por un proceso similar con Bourbon. Así se garantizan notas de especias y notas tostadas características de algunas de sus presentaciones. El quemado de las barricas aporta también a los colores característicos de The Macallan, y que garantizan que en su producción no se utiliza caramelo, sino que es un resultado natural del añejamiento.
Luego de la presentación crecen las expectativas, el público aplaude, arranca la cata.
El primer whisky a degustar es el Double Cask Gold, que como su nombre lo indica, utiliza en su añejamiento barrica europea y barrica americana sazonada en jerez. El whisky de esta edición Gold tiene entre 8 a 13 años de añejamiento. Su color dorado indica que hay una mayor interacción con barricas de roble americano. En nariz, destacan notas de jengibre, vainilla y algo de cítrico. En boca, destaca la ausencia de ahumados, y notas de ralladura de naranja, azúcar, canela, chocolate oscuro y algo de tostado. Se acompañó con un bombón de chocolate de cacao al 56% relleno con ganache de chocolate.
El segundo whisky a degustar fue el Triple Cask 12 años, el producto más vendido de la casa. Su color es también dorado, aunque con un poco más de intensidad, se acerca más al ámbar. En nariz destacan las notas amaderadas, miel y frutas. En boca podemos percatarnos de que su complejidad de sabor crece. La vainilla está muy presente y para destacar esas especias se acompañó el whisky con un bombón de chocolate al 35% con miel.
La cata continuó con el Double Cask 12 años, añejado en barrica europea y americana, sazonada en jerez. Su color ámbar intenso señala un mayor porcentaje de barrica europea en la ecuación. En nariz es mucho más aromático, con notas afrutadas, dátiles, chocolate. En boca, crece la complejidad, es un whisky que arropa el paladar y cuya complejidad es mucho mayor, con notas especiadas, madera, butterscotch y frutas secas. Sobresalen el butterscotch, y la especias, sobre todo, la canela. Y para destacarla aun más, se marida el whisky con un bombón de chocolate con canela. Agregamos un chorrito de agua al whisky, lo que hace que inmediatamente despierten las notas afrutadas y las especias pasen a un segundo plano.
El público se entusiasma, el siguiente whisky a catar es el Macallan 15 años, triple cask, con un color mucho más intenso, lo que destaca una alta participación en el añejamiento de barricas europeas. En nariz, a pesar de sus 43% de alcohol, no tiene una gran presencia alcohólica. Destacan las notas a pasas y vainilla, así como notas florales. En boca es amable y destacan sus notas de corteza de naranja, canela y frutos secos. Se maridó con un bombón relleno de cáscara de naranja que destacó las notas cítricas.
Finalmente llegamos al plato fuerte, The Macallan 18 años con notas de frutas tropicales, canela, y ahora sí, notas ahumadas. Su añejamiento es con triple barril, lo que le da un color ambarino, muy similar al de 15 años. En nariz es especiado, dulce, afrutado. En boca, destaca la vainilla y unas notas a coco, aporte de las barricas americanas. Para destacar esas notas, el maridaje se realizó con un bombón relleno de crema de coco.
El público aplaudió, aunque la velada no terminaría aun. Faltaba una sorpresa adicional, la develación de una edición especial de solo 600 botellas de The Macallan añejado por 72 años y envasado en una botella de cristal Lalique diseñada y elaborada de forma artesanal. Esta sería la única botella que llegaría a Panamá. Completamos la velada con un último brindis por el pasado, el presente y el futuro de The Macallan y de Panamá.