• 03/10/2025 00:00

Acreditación y universidades de excelencia

La acreditación universitaria es un movimiento que viene gestándose desde los años 80 en los países de ALC, con la finalidad de asegurar la calidad, pertinencia y equidad en estas instituciones. Su objetivo esencial es reconocer el esfuerzo que realizan las instituciones universitarias, por el cumplimiento de la visión y las misiones que las sociedades les plantean en un momento histórico determinado, en atención a sus compromisos con la población y el mundo donde funcionan.

De ese modo, la visión que pudiese tener una universidad en el siglo XI, o en el XVII, no podría ser igual a la que se propusieron las universidades después de la Reforma de Córdoba (1918) o del movimiento del mayo francés realizado 50 años después (1968), con protestas estudiantiles y obreras, que removieron los cimientos de esa sociedad; una lucha por la rigidez, autoritarismo, poca pertinencia de la educación universitaria y las expectativas crecientes de la juventud.

Y, qué decir de la generación de inventos e innovaciones que surgieron en los diferentes momentos de la historia con las revoluciones industriales, que cambiaron los paradigmas científicos y tecnológicos de nuestra época ?. Por ejemplo, los aportes tecnológicos de la IV revolución industrial o revolución 4.0, que se inició a mediados del S XX, con grandes aportes como la nanotecnología, la biotecnología, la impresión 3D, la robotización, los vehículos autónomos, la realidad aumentada, el internet de las cosas. Lo más sorprendente fue la Inteligencia Artificial (IA) que, para algunos científicos, visto el gran impacto que tiene esta nueva herramienta en la sociedad, ya marca el inicio de la V revolución industrial.

Igualmente, los estudios e informes sobre el desarrollo humano multidimensional presenta, con frecuencia, las brechas socioeconómicas y culturales entre los diferentes grupos de los países. En esta región latinoamericana, los índices de pobreza y de pobreza extrema siguen castigando a un sector importante de la población. También, los ODS- 2030-, plantean grandes retos a las universidades y a los países, todos relacionados con la proyección externa de estas instituciones. En cada caso, la verificación de los estándares de calidad, en los diferentes ámbitos universitarios, apuntan a la acreditación de las universidades.

En estos momentos libertarios y reformadores, pero de gran incertidumbre y caos, las universidades, especialmente las latinoamericanas, siempre lograron una presencia actuando directa o indirectamente en esos cambios, siendo receptoras activas de esos procesos y resultados científicos, tecnológicos e innovaciones. Las misiones de formar el talento humano, de impulsar la investigación científica y la innovación, así como vincularse a su entorno socioeconómico y cultural, han sido las tareas sustantivas inherentes a las instituciones reconocidas como universidades

Esta situación contribuye a presionar a las universidades para lograr una mejor correspondencia con su entorno, económico, social, cultural y científico. A tal punto que muchas carreras y programas que ofrecían las universidades se han visto superados por los nuevos paradigmas y demandas sociales, siendo convertidas en ofertas para el pasado, pero que no lograr conectarse con las necesidades actuales y menos con las del futuro.

Por ello, al acreditar una universidad, se refiere al proceso riguroso y participativo de análisis de evidencias, según los criterios establecidos, mediante el cual se realiza un examen crítico, analítico, transparente y sistemático del desarrollo de esa institución. Es un paso estratégico para actualizarse con las nuevas tecnologías digitales, validando las expectativas de los empleadores y protegiendo el futuro de los estudiantes.

Generalmente este proceso es guiado por una agencia de acreditación, que puede ser nacional, regional o conjuntamente con una extra regional. En este último caso, una agencia nacional o regional en ALC, puede trabajar conjuntamente con una agencia de otra sub región, como de américa del norte, con países mundialmente representativos como los Estados Unidos y el Canadá, mediante los convenios de colaboración que correspondan.

En ese sentido, la evaluación para la acreditación y el mejoramiento continuo de las universidades y sus programas, es una tarea urgente e indispensable para mantener vivas estas instituciones y produciendo los saberes, destrezas y valores que sus contextos demandan en la actualidad y hacia el porvenir. La vinculación universidad sociedad, se expresará como una ecuación inseparable y función impostergable de las instituciones universitarias.

De los criterios para la acreditación, sobresalen algunos como son la internacionalización, por las condiciones de visibilidad regional o internacional que tienen los logros universitarios compartidos y otras ventajas que posee en los resultados académicos y científicos de las instituciones universitarias. La diversidad dentro de la unidad institucional, que permite una atención democrática y humanitaria de todas las personas, independientemente de su condición personal (discapacidad, dificultad en los aprendizajes), etnia, género, inclinación sexual o condición económica o social.

La rendición de cuenta para el Estado y la sociedad, es una finalidad de trascendencia en momentos como los que vivimos, en los que la inversión militar y en seguridad, tienden a superar los recursos asignados a la educación. Es importante mostrar que la inversión en las universidades, es bien utilizada, retribuida a la sociedad en acciones importantes para su progreso, equidad y bienestar común.

La eficacia de los procesos internos de las instituciones universitarias, que hacen posible ser comparables con otras universidades de clase mundial, en la docencia, la investigación, la empleabilidad de sus graduados, la calidad de sus docentes e investigadores, la pertinencia de las vinculaciones con sectores claves de la sociedad. Así mismo, los servicios que prestan a la sociedad, especialmente al sistema educativo y a los grupos humanos más carenciados, la presencia en los territorios, la pertinencia de los proyectos que impulsa, entre otros.

Estos son algunos de los desafíos actuales de las universidades, para que no se queden atrás y trabajen siempre por la excelencia académica y el desarrollo sostenible del país.

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