• 15/01/2015 01:01

Justino ‘Velocidad’ Herrera, héroe del béisbol

‘Tino’ proviene de una familia pobre, pero honesta y trabajadora

Primer lanzador santeño,que logró vencer a Herrera, es Justino ‘Tino’ Herrera,un gran santodomingueño.Lanzaba con mucho empeño,ya sea en liga o en campeonato;su recta, su garabato,sorprendía a bateadores, siempre fue de los mejores, con ese talento nato.

Con una décima del profesor Marino Jaén Sánchez, dedicada a Justino VELOCIDAD Herrera, inicio un breve y tal vez incompleto recuento de la vida de un maravilloso ser humano, excelente padre, abuelo, amigo, magnífico deportista y sobre todo, un magnífico conversador. Podíamos tratar cualquier tema, especialmente el béisbol, deporte del cual formó parte desde los inicios del mismo en la provincia de Los Santos, dejando huellas imborrables de su paso por la historia deportiva de la provincia, de su pueblo natal, Santo Domingo, de todo el país, de su numerosa familia, de sus admiradores y amigos.

‘Tino’ proviene de una familia pobre, pero honesta y trabajadora. Se dedicó a la agricultura, a la música, destacando como maraquero en el conjunto del violinista Hilario Herrera. Fue jornalero ‘macero ‘en la cantera de Santo Domingo. Al terminar su jornada de trabajo, a las 4: 00 p.m., se dirigía a pie a los terrenos del hoy Estadio Olmedo Solé, en Las Tablas, cargando su equipo de juego al hombro, para practicar y regresar luego a casa de igual forma, a lo que era su pasión, el béisbol. Al retirarse se dedicó a la albañilería, la construcción en general. En los albores del béisbol santeño, Justino ‘Velocidad ‘Herrera, abrazó con dedicación y empeño este deporte. Su aporte al béisbol de su pueblo, de su provincia y del país entero no ha sido reconocido oficialmente por las autoridades deportivas, lo que representa otra de las grandes injusticias.

Justino Herrera Herrera destacó en diferentes aspectos de la vida ciudadana: como miembro fundador del Cuerpo de Bomberos de su pueblo natal, fundador de la Cooperativa de Consumo Domingo Córdoba y formó parte del Comité pro construcción de la cancha de básquetbol. En el béisbol, su juventud coincidió con la de un grupo de tableños que estudiaban en la capital, quienes llevaron a Las Tablas las reglas de esta actividad deportiva e implementos de juego como: bases, bates, pelotas y manillas. ‘Tino’ encontró que la posición de lanzador era lo suyo. Aprendió a lanzar solo. Era poseedor de una recta de terror que los bateadores temían con sobrada razón. Esta característica sobresaliente valió para que el inmortal Arquímedes ‘El Fat’ Fernández, al ver tan impresionantes lanzamientos, lo bautizara con el apodo de: Justino ‘Velocidad’ Herrera.

Cuando llegaban nuevos lanzadores al equipo de su pueblo o al provincial santeño, con gran desprendimiento los enseñaba, los ayudaba a mejorar los lanzamientos. En 1947, en el Campeonato Nacional de béisbol efectuado en Colón, el equipo de Los Santos efectuó nueve juegos de los cuales ‘Velocidad’ Herrera ganó cuatro de ellos, lanzando los nueve episodios; empató el quinto juego debido a la falta de alumbrado eléctrico. El equipo a batir era el de San Blas, el más fuerte. Para este juego fue asignado el aguerrido lanzador tableño ‘Mizurra’ Velazco, quien no logró hacer ningún ‘out’, por lo cual fueron llamados dos lanzadores más en el primer episodio, hasta que Velocidad Herrera se encargó del montículo y no solo detuvo la batería sanblasina, sino que ganó el juego. Este hecho tiene doble connotación debido a que la noche anterior le había lanzado los nueve episodios, ganándole al equipo de Colón, hecho sin precedentes. En esa época no existía ‘el descanso obligatorio’. Ese año fue el campeón lanzador del torneo. El mayor acto heroico ocurrió en 1948 cuando luego de ingentes esfuerzos de ‘Mizurra’ Velazco, desde 1945; ‘Velocidad’ Herrera logra imponerse con su equipo santeño, por primera vez en la historia, al equipo herrerano cinco carreras por dos. Campeonato verificado en David, Chiriquí. En 1948 y 1950 fue convocado a formar parte de la Selección Nacional de Béisbol, por razones económicas no pudo aceptar, pues no ofrecían ningún tipo de apoyo económico. Se retiró en plenitud de condiciones a los 29 años en 1953. Murió el 26 de diciembre de 2014 en la tranquilidad de su hogar, a los 90 años, rodeado su esposa Dulcísima Barrios y de sus hijos: Justino, Boris, Gladys Mariza, Mirna; de sus diez nietos, cuatro bisnietos y gran cantidad de amigos que lo acompañaron hasta el cementerio de su pueblo.

ESCRITOR Y FOLCLORISTA

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