• 26/03/2017 01:02

Sigue la corrupción y aumenta la pobreza

Cuanto mayor es el nivel de corrupción más pobreza hay en el país. 

Con los Gobiernos neoliberales postinvasión la corrupción ha sido creciente. Son seis administraciones de Gobierno que han asaltado las arcas del Estado, que han tomado los ingresos del pueblo panameño. La corrupción ha carcomido el sistema económico, político, social, judicial, legislativo, igualmente es un obstáculo al desarrollo económico y social, las políticas públicas que debieran beneficiar a los más pobres se constituyeron en normativas que favorecen la maleantería en el que hacer público.

Pero no solo es aberrante que se enriquezcan a través de coimas, sobornos, sobrecostos, licitaciones amañadas a costa de los más pobres sino que los actos de corrupción ponen en peligro la vida de miles de panameños y perjuicios para el resto de la sociedad. Las consecuencias negativas de la corrupción afectan más a los pobres por la falta de medios para poder defenderse.

Esta semana una vez más se evidenció el deterioro de los planteles educativos, a pesar de los millones que han corrido por las diversas administraciones del Meduca; en las áreas indígenas niños tienen como silla un trapo y como pupitre un vieja tabla. Hospitales donde escasea todo (medicinas, insumos, instrumentos quirúrgicos). La ciudad de Panamá y Colón experimentaron apagones y falta de agua potable ante explosiones de los transformadores que han revelado la ineficiencia de las autoridades de Etesa. El 22 de marzo, Día Mundial del Agua, comunidades panameñas se volcaron a las calles exigiendo acceso al vital líquido.

Tal como he señalado en otras oportunidades, existe una relación bastante lineal entre corrupción y pobreza. Cuanto mayor es el nivel de corrupción más pobreza hay en el país. Esta relación es compleja, ya que no solo se asocia la corrupción de un Gobierno sino también en otros sectores de la sociedad: en todas sus instituciones de la administración pública, en las empresas, la partidocracia, el sistema judicial, el legislativo, el electoral, entre otros.

Los procesos de corrupción en el país son crecientes y recurrentes, a pesar de que cada cinco años en campañas electorales la partidocracia mantiene en sus discursos falaces el tema de ‘combatir la corrupción', al igual que lo hacen con la pobreza.

Por ejemplo, hace más de dos años, exactamente en diciembre de 2014, Frenadeso publicó el Álbum de Figuritas del PAN, donde denunciamos cuánto se llevó cada diputado de los 420 millones del llamado Programa de Ayuda Nacional (PAN). Transcurrido todo este tiempo, ni la Corte Suprema ha investigado ni la Contraloría ha realizado ningún áudito. Hoy la gran mayoría de estos diputados que fueron parte de uno de los más grandes atracos de los fondos de la nación ha continuado la fiesta (80 millones del erario en ‘contratos' y ‘donativos' para el clientelismo político). En otro negociado más, éstos mismos pretenden otorgar 500 millones de dólares para el financiamiento público electoral, que irá a parar en manos de los cinco partidos tradicionales y los medios de comunicación social.

Como dice el pueblo, en los Gobiernos y su partidocracia no priva la menor intención de investigar, juzgar y condenar a quienes resulten responsables de lesiones al Estado y la sociedad panameña. Tampoco en aquellos que los medios de comunicación social ocultan, las empresas privadas que han estado siendo parte de la corrupción.

Adecentar el país debe ser la tarea de todos los sectores sociales que aspiramos a una sociedad con justicia y equidad, en pleno goce de los derechos humanos. Solo una Asamblea Constituyente Originaria, con plenos poderes, autoconvocada por el pueblo, representa la única salida a la podrida institucionalidad que vive el país. Ello requiere crear poder popular, fortalecer las organizaciones del movimiento social, elevar los niveles de conciencia e intensificar la lucha en las calles.

SECRETARIO GENERAL DE CONUSI-FRENADESO.

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