Género y Gobierno Corporativo

Actualizado
  • 08/01/2023 00:00
Creado
  • 08/01/2023 00:00
Es un asunto no sólo de igualdad y de equidad, o de política de inclusión, por ser las mujeres la mitad de la población mundial, sino por el impacto directo que implica contar con su potencial, conocimientos y capacidades
El actual mundo globalizado y tecnológico enfrenta enormes desafíos que exigen la insoslayable incorporación de las mujeres a los puestos de liderazgo

Según el último informe demográfico de las Naciones Unidas, en la actualidad, año 2022, el mundo está poblado por 7,800 millones de personas, de las cuales 3,861 millones son mujeres (49.5%) y 3,939 millones son hombres (50.5%). En Panamá, las cifras al año 2019 era de 4,219,000 personas, de las que los hombres superan por un mínimo porcentaje a las mujeres (2,126,433 hombres y 2,120,006 mujeres).

Teniendo en cuenta las anteriores cifras, ninguna nación puede alcanzar todo su potencial si la mitad de su población permanece excluida de participar plenamente en la economía, al representar menos de la mitad de la fuerza laboral y ganar, en promedio, un 30% menos que los hombres, o si tienen acceso limitado a los servicios financieros y menos probabilidades que los hombres de poseer cuentas bancarias formales, ahorros en instituciones financieras y de obtener préstamos. A esto se suma el que las mujeres están expuestas al riesgo de acoso sexual en el trabajo y restricciones en el empleo, violencia doméstica y violencia por su género, lo que da como resultado un nivel limitado de participación y capacidad de acción.

La pandemia global de COVID-19, por su impacto económico y social, está haciendo visibles los nuevos desafíos en materia de salud, seguridad y protección económica, además de acentuar las desventajas y desigualdades de género en el mundo, según indica un informe de febrero 2021 del Banco Mundial, que señala que los países avanzan a un ritmo lento hacia la equidad de género, toda vez que las mujeres se enfrentan a obstáculos, leyes y regulaciones que limitan sus oportunidades económicas.

De lo anterior, surge la necesidad de tomar medidas efectivas para finalizar con la discriminación por género en la selección de responsabilidad, a nivel de las empresas mercantiles, como son, entre otras, las cuotas por disposición legal y sanciones en caso de incumplimiento; sensibilización y medidas educativas para dar a conocer las desigualdades a nivel interno.

Resulta impostergable el reconocimiento sobre la importancia de incorporar la representación de mujeres en la alta dirección y toma de decisiones en el mundo empresarial y de gobiernos corporativos, tanto a nivel de las instituciones públicas como del sector privado. Es un asunto no sólo de igualdad y de equidad, o de política de inclusión, por ser las mujeres la mitad de la población mundial, sino por el impacto directo que implica contar con su potencial, conocimientos y capacidades, en los resultados a corto, mediano y largo plazo para las economías de los países, en un mundo globalizado.

En Latinoamérica, si bien se han logrado avances, la participación masculina en el mercado laboral es de 80%, en tanto que la mano de obra femenina es poco más de 50%; el 57% de las empresas tienen menos del 30% de mujeres en cargos directivos y el promedio de consejeras se estima en un 8%, si bien existen diferencias entre los países. Por otra parte, además de trabajar fuera del hogar, las mujeres son responsables del ochenta al noventa por ciento de las labores domésticas, del cuidado de la familia y un promedio de 12 mujeres latinoamericanas mueren diariamente por el hecho de ser mujeres.

En Panamá la situación no es muy diferente. La tasa de actividad laboral masculina es de 79.7% y la femenina de 49.4%, en tanto que 1 de cada 6 mujeres es víctima de violencia. El país avanza también lentamente, pero es importante señalar que en 2017 Panamá expidió la Ley 56 de 11 de julio de 2017, como mecanismo para reducir la brecha de género y establece una cuota del 30% de mujeres en juntas directivas en instituciones del gobierno central, instituciones descentralizadas, empresas estatales y de capital mixto, así como empresas reguladas por la Superintendencia de Bancos, la Superintendencia de Seguros y Reaseguros, la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV) y el Instituto Panameño Autónomo Cooperativo. Esta ley fue reglamentada mediante Decreto Ejecutivo 241-A del año 2018.

El actual mundo globalizado y tecnológico enfrenta enormes desafíos que exigen la insoslayable incorporación de las mujeres a los puestos de liderazgo y de responsabilidad en los gobiernos corporativos y empresariales, para hacer efectivo el derecho de la mitad de la población del mundo, a la igualdad y equidad de género. Tarea inacabada, pero no imposible, la incorporación de más mujeres a puestos directivos y el logro de una igualdad de remuneración en los cargos.

Ya lo dijo sabiamente Klaus Schwab, fundador y presidente del Foro Económico Mundial: “Superar los prejuicios, invisibles o no, que nos impiden cerrar la brecha de género representa un imperativo económico y moral abrumador”.

La autora es abogada y defensora de los derechos humanos.

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