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- 09/09/2023 00:00
Uso exagerado de agroquímicos encarece los agroalimentos
En Diario La Prensa del 22 de febrero de 2016, se destaca la baja calificación que obtuvimos en una medición de nuestro sector agrícola por universidades de los Estados Unidos, entre ellas la de Harvard, con la colaboración del Foro Económico Mundial, destacó como lo más grave el uso excesivo de agroquímicos per cápita, el mayor de la región que causan profundos daños ecológicos como también a la salud humana. También destacó la significativa disminución de las agroexportaciones nuestras, ya que solo en la península de Azuero se habían sembrado en el año 2006, 5000 hectáreas de melones y sandías para el mercado europeo y de Estados Unidos y en los años recientes (2014-2019) solo se sembraban 200 hectáreas. En opinión de técnicos del FLAR (Fondo Latinoamericano de Arroz con Riego) que vienen a nuestro país al ser consultados por nosotros expresan: “ese excesivo uso de agroquímicos, se deriva del cultivo de arroz en secano que es muy demandante de agroquímicos”. Aunque su producción es necesaria para garantizar la seguridad alimentaria, porque el 93 % de los panameños consumen diariamente en promedio 158 gramos de arroz blanco. Hasta el ciclo agrícola 2004-2005 fuimos autosuficientes, en adelante el complejo ácaro-hongo bacteria lo impidió. Se debe planificar para establecer un programa de producción bajo riego en todo el país como lo ha ofrecido el FLAR, del cual somos miembros. Basado en nivelación a bases de tapias para cultivar arroz en época seca, porque hay mayor luminosidad que favorece el proceso de fotosíntesis, utilizándose mucho menos químicos con rendimientos promedios de 150 quintales por hectárea, muy superiores a los 80 quintales cosechados con el sistema desecano y con excesivo uso de agroquímicos. El Idiap, ha realizado validaciones en el país del método SICA (Sistema Intensivo del Cultivo de Arroz) de tecnología taiwanesa, que permite incrementar la productividad en 100 %, es a base de cosecha de agua, nivelación del área a sembrar trasplantando la semilla sin mantener la película del agua. No se usan químicos en fertilizantes ni plaguicidas y menos Glifosato.
El consumo del arroz asiático traído en “petacas” se inició en la época de la construcción del Ferrocarril Transístmico en la década de 1850, porque la empresa para su construcción trajo mano de obra de China Continental, cuyo alimento básico era el arroz que también debieron importarlo. El grano básico era el maíz cultivado por los indígenas y los tubérculos yuca, ñame cultivado por las afrodescendientes coloniales, igualmente la papa de Perú, que solo existían en América como el maíz y después ambos han contribuido con la alimentación mundial.
El cultivo de arroz en el país de 60 000 hectáreas anuales en secano (85 %) y (15 %) con riego, es demandante de muchos agroquímicos; se calcula que del costo de producción total por hectárea el 40 % son los agroquímicos. Iniciando por el uso del Glifosato para control de malezas antes de roturar la tierra para sembrarla. El Glifosato está considerado por la OMS como un cancerígeno, estando prohibido su uso en Francia y en California, EUA. Fue el motivo que llevó al Gobierno nacional (2009-2019) a establecer el control de precios a 22 productos, hoy son 18, de la canasta básica alimentaria por 6 meses renovables; entre ellos estaba el arroz que recibió una compensación de $7.50, hoy es de $16.00/ por quintal cosechado húmedo, al 24 y 5 % de impurezas, que totalizan $100 MM de solo ese subsidio, porque posterior a la pandemia del COVID-19, los agroquímicos a nivel mundial se han incrementado sus precios al 200 %. Un quintal de abono completo, que se pagaba a $25.00, hoy se paga a $75.00 y los otros productos no fueron subsidiados, porque ya lo estaban como: el maíz y la leche industrial. Al ñame diamante, que hoy se paga a $1.50 la libra desde 2014, lo incluyeron bajo control de precios a 0.30 centavos por libra, lo que desestimuló a los productores de Darién, Chepo, Ocú y del resto del país a seguirlo cultivando, porque a ese precio no era rentable. El Gobierno nacional, que estableció esa anacrónica política de “control de precios” en un mundo globalizado, todos los agricultores de los diferentes rubros se lo advirtieron y hoy los afectados son: productores y consumidores, los dos extremos de la cadena.
Al mediano plazo debemos migrar para la agricultura y la ganadería regenerativas, con la finalidad de producir más agroalimentos en menos cantidad de tierras. Como lo promueve mundialmente la FAO.
Nota: este análisis y recomendación lo hago como integrante del Movimiento “Un Panamá Posible” de Alto Bayano (Chepo) y Darién, liderado por el candidato presidencial Martín Torrijos Espino por el Partido Popular.
¡No le des el pez al hombre, enséñalo a pescar!